Por Dra. Soledad Bortoluzzi, especialista en nutrición clínica
Como todos sabemos, diciembre es un mes cargado de eventos, incluyendo las fiestas de Navidad y año nuevo, por lo cual es importante compartir algunos consejos para promover una alimentación saludable y prevenir complicaciones, ya que los excesos en las comidas pueden repercutir no sólo en el peso, sino también en la salud de quienes padecen enfermedades crónicas.
Para muchas personas las fiestas son momentos donde todo está permitido a la hora de sentarse a la mesa a comer. Se olvidan que los excesos calóricos repercuten en el peso y en el estado de salud general, sobre todo la cardiovascular, ya que si no cuidamos lo que comemos y bebemos, el organismo puede enfrentarse a aumentos de colesterol, subas de glicemia considerables, como también de las cifras de presión arterial, sin hablar de una ganancia de kilos para nada saludable.
Para que tengamos una idea, durante una “comilona” se pueden llegar a consumir hasta unas 10.000 kcal (el equivalente calórico a unos 4 o 5 días) y pesar entre 2 a 4 kilos más debido al exceso en el consumo de grasas, hidratos de carbono y la retención de líquidos por la elevada ingesta de sodio presente en algunos alimentos.
Por todo ello, y para evitar los excesos, a continuación se despliegan una serie de consejos para poder disfrutar y sentirse bien este fin de año que se avecina:
Un buen consejo es planificar la cena o el almuerzo en cuestión teniendo presente la cantidad de comensales para no cocinar de más.
Otro es moderarse en las porciones. Darse el gusto de comer elaboraciones que no ingerimos durante el resto del año no es malo, siempre y cuando regulemos las cantidades. Para un mayor control, recordá el modelo del plato saludable, que consiste en medio plato de fibras (verduras o frutas (un cuarto de proteínas -preferir cortes magros de carnes- y un cuarto de hidratos de carbono como granos, harinas o almidones). Por eso, hay que incluir en el menú navideño platos con frutas y verduras, ya sean crudos o cocidos.
Una recomendación que ayudará a la digestión es comer despacio, en bocados pequeños y masticando bien los alimentos. Esto hará que comamos de forma más consciente y evitemos el atracón.
Además, derribemos el mito de que si no comemos durante el día podemos comer de más durante la cena. Los ayunos prolongados llevan a comer con mayor rapidez y compulsividad. Si realizamos las cuatro comidas diarias, disminuiremos la ansiedad y evitaremos el picoteo.
Durante los días que transcurren entre Navidad y año nuevo, es recomendable no abandonar la cocina saludable, para balancear y compensar. Para esos días se puede optar por cocinar al horno, plancha o vapor, y de ser posible disminuir los platos con grasas saturadas.
Un aspecto a tener en cuenta es la ingesta de líquidos durante las cenas festivas. Es fundamental tomar mucha agua e hidratarse, debido a las altas temperaturas de la época. También es necesario no excederse con las bebidas azucaradas y alcohólicas. Éstas últimas, si son tomadas sin moderación o se mezclan entre sí sin discreción, comprometen el funcionamiento hepático, trayendo como consecuencia la famosa “resaca”.
Actualmente se reconoce la importancia de una alimentación saludable para lograr una buena salud. Por eso, si tenés dudas sobre qué o cómo comer, consulta con un profesional para tener acceso a información fiable y segura al respecto.
Agradezco a la Asociación Médica del Departamento San Martín por este espacio de promoción y prevención de la salud. Y a todos y todas les deseo felices fiestas.
