Por Dr. Mario A. Damiano, Máster en Oncología Médica
El pasado 4 de febrero fue el día mundial contra el cáncer y es una buena excusa para hablar sobre esta enfermedad, que tiene un gran impacto social. Las estadísticas afirman que, durante el año 2020, casi 10 millones de personas en todo el mundo la padecieron y se espera que para el año 2040 la cifra aumente un 50%. Por eso se constituye como la segunda causa de muerte.
El cáncer se puede definir como una afección que se provoca cuando se da un crecimiento descontrolado y anormal de las células del cuerpo, produciendo un bulto denominado tumor. Si éste no es tratado, se extiende a los tejidos cercanos o a otras partes del cuerpo, a través del torrente sanguíneo o del sistema linfático, y así puede afectar a otros órganos alejados del de origen.
Una vez detectada, su tratamiento es inminente. Éste depende del tipo de cáncer, la ubicación, el tamaño, si se extendió o no fuera del órgano de orígen y del estado de salud del paciente. Los tratamientos generales son la cirugía, la quimioerapia, radioterapia, hormonoterapia, la terapia blanco específica o dirigida y la inmunoterapia.
Si bien el padecimiento de esta enfermedad es asociado comúnmente con la herencia genética, en realidad el cáncer que se hereda es el menos frecuente, significando entre un 5 a 10% de los casos. En el resto, no existe esta relación de herencia.
La buena noticia es que está ampliamente demostrado que un tercio de los casos se puede prevenir implementando estrategias para la detección temprana, que nos permiten salvar millones de vidas por año. Además, otro tercio se puede curar si se trata de forma temprana y adecuada.
Cómo prevenir
El diagnóstico temprano permite, a través de algunos exámenes, detectar cánceres cuando inician. Esto reduce el riesgo de morir por esta enfermedad. La ecuación es sencilla: cuanto antes se detecta, antes se trata y las probabilidades de sanar son mayores.
Para esta empresa, los exámenes rutinarios que son muy útiles. Uno de ellos es el de sangre oculta en materia fecal que, junto con la colonoscopía , contribuyen con la disminución de la mortalidad del cáncer colon-rectal. La tomografía es otro estudio que ayuda en el diagnóstico temprano del cáncer de pulmón, al igual que la mamografía hace lo suyo con el cáncer de mamas. Otro examen es el papanicolaou, relacionado a la detección temprana del cáncer cuello de útero.
Además, la prevención de determinados cánceres se realiza de forma efectiva con algunas vacunas. Los ejemplos más visibles son la vacuna del HPV para evitar el cáncer de cuello de útero y la de la Hepatitis B para un tipo de cáncer de hígado.
Hábitos saludables
Un punto esencial es reducir la exposición a los factores de riesgo, es decir, aquellos que tienden a originar la enfermedad. No todos los tipos de cáncer se pueden prevenir pero, si implementamos hábitos de vida saludables, podemos reducir la mortalidad. El cigarrillo, la obesidad, el sedentarismo, algunas infecciones, el alcohol, la contaminación ambiental, algunos cancerígenos que se asocian al lugar donde trabajamos y las radiaciones se constituyen como causantes.
Para ser más específico, evitar el tabaquismo es fundamental ya que es la causa de cáncer más recurrente. De esta forma, dejar de fumar o evitar hacerlo es una buena opción para disminuir las probabilidades de padecer esta enfermedad. El cigarrillo provoca 15 tipos de cánceres distintos, como ser de pulmón, de boca, algunos tipos de leucemia, higádo, estóamgo, colon, ovario. Dejar de fumar, a cualquier edad, mejora la calidad de vida, indudáblemente.
El alcohol es otro hábito que se desaconseja continuar o aumentar, porque está ligado al aumento de la aparición de múltiples cánceres, como de boca, faringe, laringe, cólon, mama e hígado.
Llevar una vida sedentaria con una dieta pobre en frutas, verduras y cereales enteros también puede aumentar el riesgo de tener cáncer, específicamente de cólon, mama, esófago, riñón, próstata y vejiga. Mantener un peso saludable y hacer actividad física ayuda a reducir la aparición de este tipo de cánceres.
La radiación ultravioleta del sol afecta y aumenta el riesgo de aparición de algunos cánceres de piel. Es conveniente evitar la exposición del sol, complementando con el uso de protectores solares.
Qué hacer
Por todo lo expresado anteriormente, no quedan dudas de que mantener un estilo de vida saludable, comiendo sano, realizando actividad física, vacunarse, evitar el consumo de tabaco, de alcohol y las exposiciones solares colaboran con el surgimiento de esta enfermedad.
La consulta médica precoz y rutinaria que permite el uso de los estudios para detectar tempranamente algunos tipos de cánceres, tiene un impacto positivo en los resultados del tratamiento instaurado, por lo que aconsejo mantener visitas periódicas con el médico de cabecera para la realización de los exámenes de rutina que contribuyen con el diagnóstico de esta enfermedad.