Desde la localidad que lo vio nacer, buscan preservar y difundir la obra de este destacado escritor de literatura Latinoamericana del siglo XX
Por Faustina Plano
El presidente comunal, Juan Pio Drovetta, decidió crear un espacio temático cultural dedicado al renombrado escritor. Se trata de un laberinto ubicado en las calles Moreno y Libertad y es una opción para que las familias puedan disfrutar y a la vez conocer sobre la vida del escritor.
Mientras se espera por el crecimiento de los árboles, que llevará entre dos y tres años, la comuna prepara otras atracciones que estarán ubicadas en el lugar.
Aunque todavía no hay precisiones de que se trata, sólo basta pasar cerca para ver las enormes figuras de dinosaurios que serán parte de la propuesta educativa que contiene el laberinto.
“En unos meses vamos a inaugurar algo que va a estar espectacular para que las familias vengan a disfrutar y divertirse. Habrá arte, juegos y muchas sorpresas para los serodineses y toda la región. Seguramente en septiembre estaremos inaugurando todo”, expresó Drovetta.
Saer fue llamado por Martín Kohan como “el escritor más relevante de Argentina después de Borges”, y definido como “el mejor escritor argentino de la segunda mitad del siglo XX”, por Beatriz Sarlo. Su relevancia quedó reflejada en el hecho de que tres de sus novelas —“El entenado” (1983), “La grande” (2005) y “Glosa” (1986)— figuran en la lista confeccionada en 2007 por 81 escritores y críticos latinoamericanos y españoles de los mejores 100 libros en lengua castellana de los últimos 25 años. Su obra fue traducida a los idiomas francés, inglés, alemán, italiano, portugués, neerlandés, sueco, griego, checo y japonés, entre otros.
Saer
Un 28 de junio de 1937, nació en Serodino Juan José Saer. Al igual que muchas familias de ese entonces, los padres y abuelos de Saer llegaron a la provincia de Santa Fe desde el extranjero. Eran sirios católicos, dedicados al comercio en su almacén de ramos generales y se establecieron en la localidad del departamento Iriodo.
Con el tiempo Saer llegó a ser considerado uno de los mejores escritores de literatura Latinoamericana del siglo XX y desde hace largos años, la comuna local trabaja para preservar y difundir su obra.
Juan José Saer para el mundo, “el turco” para los amigos, realizó sus estudios primarios en la escuela N° 258 “Domingo Faustino Sarmiento” hasta que en 1948 él y su familia se trasladaron a la ciudad de Santa Fe, donde concluyó su educación y se desempeñó como periodista. Fue en la capital provincial donde se vinculó con un grupo local de escritores, entre los que se encontraba el poeta Hugo Gola. En esa época entabló amistad con el poeta entrerriano Juan L. Ortiz, a quien ya de adulto consideró un maestro y cuya obra influyó de manera decisiva en su escritura.
En 1960 publicó “En la zona”, su primer libro de cuentos con una marcada impronta “borgeana”. Desde 1962 a 1968 se trasladó a vivir a Coslatiné Norte, en el campo. En ese período escribió su primera novela “Responso”, publicada en 1964.
Luego de su paso por Buenos Aires, gracias a una beca de la Alianza Francesa se mudó a París con su mujer, Mimi Caternao, donde trabajó como profesor y jefe de cátedra de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Rennes. En principio pensaba ir solo por seis meses, pero terminó quedándose de manera definitiva, aunque volvería a la Argentina con frecuencia.
En la Universidad de Rennes, donde dictó clases de Literatura hasta su retiro en 2002. Allí conoció a Laurence Gueguen, quince años menor que él, y que terminaría siendo su segunda esposa y madre de su hija Clara, quien nació en 1980. En ese período escribió sus obras más reconocidas. Murió a los 67 años, en Francia el 11 de junio de 2005, víctima de un cáncer de pulmón.
Patrimonio histórico
En el año 2019, la comuna de Serodino en conjunto con autoridades provinciales compraron la casa natal del escritor, ubicada en la esquina de calle Santa Fe e Italia para convertirla en patrimonio cultural. Un par de años antes, en 2017, al cumplirse el 80º aniversario del natalicio del escritor, el gobierno de Miguel Lifchitz organizó una serie de actividades para difundir su obra. En ese contexto se publicó una antología de relatos, acompañado por una guía de lectura y de actividades y de un glosario que estuvo a cargo de destacados profesionales y docentes. La publicación estuvo dirigida a estudiantes de nivel secundario.
“Para Santa Fe, Saer es una figura emblemática. Para la cultura de la provincia y para nuestro proyecto cultural, recuperar su figura, su obra, su legado y su impronta, y poder reflejar en un punto de referencia como es la casa natal del escritor, es muy importante”, expresó en ese entonces el gobernador Lifschitz, quien se confesó lector y admirador de la obra saeriana en reiteradas ocasiones.
En esa vieja casa que supo ser un almacén de ramos generales atendido por el padre de Saer, funcionó un taller mecánico hasta el momento de la compra. Actualmente continúa la reconstrucción del lugar.
Un mural que inspira
En el mismo año, la comuna de Serodino decidió llamar a Andrés Iglesias, un muralista santafesino que trabaja en distintos países, para pintar un enorme mural y continuar de esta manera, con el reconocimiento a Juan José Saer.
El mural aportó belleza al predio del ferrocarril y se transformó en otro de los puntos donde los vecinos de la localidad disfrutan del aire libre. El año pasado, dos artistas realizaron la refacción del mural para que se mantenga en óptimas condiciones.
Cabe destacar, que en ese mismo lugar se creó el “Paseo Saer”, un espacio para realizar caminatas.