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Para mirarte mejor

Controles oftalmológicos para una buena salud visual

Por Alejandra Canzonetti, médica oftalmóloga

Los controles oftalmológicos de rutina se empiezan a hacer a temprana edad, desde que nacemos. Por eso, los recién nacidos deben realizarse su primer control. Luego, a los seis meses, al año y desde ahí en adelante en forma anual.

Cuidados infantiles

En cuanto a la primera consulta, en ella los especialistas realizamos el screening neonatal, que es una evaluación que tiene el objetivo de detectar patologías congénitas, alteraciones que puede traer el bebé de la panza de la mamá, ya sean cataratas congénitas, tumores intraoculares, malformaciones, infecciones, entre otras. Lo primero que se hace en este estudio es una evaluación de la configuración externa del ojo. Luego, se colocan gotas que dilatan las pupilas, para poder observar reflejo rojo y retina. Éste es un procedimiento indoloro.

Lo ideal es realizarlo del mes a los tres meses, pero en ocasiones el pediatra puede solicitarlo antes por alguna situación puntual o en casos de bebés prematuros.

Es importante tener en cuenta que, por más que dicho estudio esté dentro de parámetros
normales, a los niños hay que controlarlos hasta los 8 años, ya que es el período de desarrollo visual. Los controles son fundamentales para descartar cualquier otra patología que pueda aparecer a futuro.

Cuando el infante ingresa a la escuela, se torna necesario realizar una revisión cada año. Además, hay que prestar atención al enrojecimiento ocular, el lagrimeo, molestias frente a la luz, el sentarse demasiado cerca de la TV, sufrir dolores al leer y a los reflejos blancos en la pupilar.

Refracción

En adolescente y adultos la consulta en el oftalmólogo debe realizarse anualmente. En ella, los especialistas comenzamos evaluando los antecedentes personales, para así dar inicio a la toma de agudeza visual, donde se revisa cada ojo por separado con y sin corrección, a los que se denomina refracción. La misma tiene como función el diagnóstico y terapéutica para la prescripción de anteojos en el caso de necesitarlos.

Los errores de la refracción son problemas de la visión que se producen cuando la forma del ojo no permite que enfoque bien. La causa podría ser la longitud del globo ocular, los cambios en la forma de la córnea o el envejecimiento del cristalino.

Control general

En el examen oftalmológico los especialistas también prestamos atención a las pupilas. Vemos si presentan anomalías, las que pueden ser debidas a enfermedades neurológicas, inflamación intraocular, previa alteración quirúrgica o efecto de medicamentos sistémicos.

La evaluación de las pupilas se realiza en la lámpara de hendidura, donde además evaluamos el segmento anterior del globo ocular, observando los bordes de párpados, las pestañas, las superficies conjuntivales, el iris, el cristalino y la córnea. A través de la pupila dilatada podemos observar la cámara posterior, la retina, el humor vítreo, el nervio óptico y la mácula.

La especialista, Alejandra Canzonetti

La cita oftalmológica continúa con la toma de la presión ocular, que se denomina tonometría. La presión ocular normal debe rondar entre los 10 y los 20 mmhg.

El examen del fondo de ojos también se realiza en un control de rutina. Se aplican unas gotas sobre los ojos del paciente con el objetivo de dilatar pupila y poder observar la retina, la mácula, los vasos sanguíneos y nervio óptico.

Consultas frecuentes

Una de las consultas frecuentes es por conjuntivitis. Es una de las enfermedades más frecuentes en época invernal, porque las vías respiratorias están conectadas con las órbitas y, al presentarse una infección en estas vías, puede llegar hasta los ojos. El virus que produce la conjuntivitis básicamente es el mismo que causa la gripe común. Los síntomas más comunes son ojos rojos, sensación arenosa en los ojos y lagrimeo.

La contracción o latidos palpebrales también son frecuentes. Se producen por mioclonías del músculo orbicular del párpado, generando molestias, y esto por lo general se debe a estrés, consumo excesivo de cafeína, mal descanso, dormir poco y en algunos casos, vicios refractivos no tratados.

Los flotantes vítreos o “veo moscas flotando” son otra dolencia por las que las personas llegan a realizarse una consulta. Son flotantes vítreos que se manifiestan con la visión de “cuerpos flotantes móviles” en forma de conjunto de manchas, puntos o filamentos desplazándose por el campo visual y produciendo sombras. En general aparecen sin motivo alguno, pero muchas veces pueden ser un signo de patologías ocultas. Se recomienda concurrir al oftalmólogo de inmediato, si se observan muchas más moscas volantes, mayor a lo habitual, una aparición repentina de nuevas manchas, destellos de luz o pérdida de la visión periférica.

Las consultas por ojos secos también son frecuentes. Se intensifican en época invernal, debido a las calefacciones y el uso de espacios cerrados, mayor exposición a las pantallas, donde la lágrima se necesita para mantener saludable y sin molestias la superficie ocular. Cuando esta lágrima no es adecuada o la calidad no es buena es cuando aparece esta patología, que es una enfermedad multifactorial que afecta al 30% de la población. Los sintomas son picazón y ardor, sensación de arenilla, ojos rojos e irritados, lagrimeo constante.

Si se experimentan algunos de los síntomas mencionados es muy importante acudir al oftalmólogo. También son fundamentales los controles anuales para prevenir y corregir algunas desviaciones y patologías, tanto en los más pequeños como en los adultos.

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