Raúl Correa se define como un buscado y coleccionista. El 28 de agosto habilitará su museo “El Guardián del Pasado”.
Por Chino Zanello
Visitar un museo puede transformarse en una experiencia significativa. A un par de cuadras de la plaza Vigone de Cañada Rosquín un nuevo espacio, cobra vida. “El objetivo principal de mi intención, es posibilitar al público comprender el pasado“. Con esa frase entramos en diálogo directo con Raúl Correa, el creador de este maravilloso lugar.
Hablanos del puntapié inicial del museo
La idea surgió en 2016, ya que contaba con gran cantidad de elementos antiguos y necesitaba un espacio donde ir organizándolos. Mi primera colección fue de cajitas de cigarrillos en la adolescencia y luego de patentes. La primera no la tengo más en mi poder y la segunda forma parte del museo.
¿Cuál es la temática específica del lugar?
Realmente no hay una temática, sino que está organizado sobre la base de cuatro sectores: juguetes de niños y niñas, motos, automóviles y bicicletas; todo correspondiente entre los años 1880 y 1980 aproximadamente. El espacio cuenta con un número mayor a 5.000 piezas
¿Cómo te definís, un coleccionista, un buscador, un apasionado por los fierros?
Un buscador.
Vehículos, elementos, objetos que fueron parte del uso de familias, tienen en este escenario una puesta ideal. El placer del intercambio de experiencias relacionadas a nuestros antepasados, el pulso de las emociones, el asombro, son algunas de las posibles reacciones que baraja Raúl Correa. La euforia va en aumento por estas semanas para el responsable del espacio que se presentará oficialmente el próximo 28 de agosto como “El Guardián del Pasado”.
La propuesta es muy rica en contenido. Hay una energía muy particular en cada tramo de los 500 metros cuadrados que fusionan la planta baja más un entrepiso, superficies inagotables de historia. Sin dudas que el objetivo fue rescatar de la forma más completa posible todo un legado.
Como muestra, se puede enumerar una colección de 25 motos Gilera, otra de bicicletas Peugeot, la mística de un área bar recreada con estanterías y mostrador de la Casa Racciatti-Cusino-Crosetti de nuestro pueblo, un Ford Fairlane año 1957 antiguo cuyo propietario fue el actor Luis Sandrini, fotografías testimoniales de gran valor, entre otras cosas.
Todo lleva un tiempo de restauración. ¿Cómo se encara esa parte?
Yo no me ocupo de la restauración y claro que lleva un tiempo importante. Es un trabajo que delego en otras personas. Me concentro en buscar piezas originales, en lo posible en buen estado, que no necesiten reparaciones muy grandes.
¿Cuál es la pieza más antigua o, si querés, las que puedan causar mayor sorpresa?
La pieza más antigua es un automóvil “Benz” del año 1886 y un velocípedo de 1880. Cualquier elemento puede generar sorpresa, asombro o recuerdo, depende del gusto de cada uno de quienes ven y recorren la muestra.
Un museo con estas características lleva mucho esfuerzo y tiempo para armarlo.
La idea llevó seis años. En todo este tiempo se proyectó la intención de un “museo”, lo que llevó a contactarme con mucha gente. Participar de grupos, buscar elementos que deseaba tener y exponer. Lo que hoy se ve, llevó miles de viajes y encuentros buscando las piezas deseadas. El próximo domingo 28 de agosto se cumple para mí, el sueño de abrir las puertas del Guardián del Pasado.
Inauguración
Raúl está contento y se le nota. Más cuando reflexiona que “esta puesta es un gran homenaje a mi viejo Adel. Es un apasionado de motores y viene seguido a repasar los avances que voy definiendo. Un homenaje para él y para mi mamá”. Después repasa cómo será la circulación de la gente y sigue ultimando detalles para un domingo que brillará cuando la emoción inaugural reciba a un generoso público.
El guardián está emplazado en calle Camino de los Trabajadores 47 de Cañada Rosquín y sin dudas que el paisaje va a ir cambiando con el correr de los días.
Dentro de la grilla prevista, las actividades sumarán la actuación de la Banda Comunal “Gabriel Turletti”, el corte de cintas, recorrida por el museo, se hará visible la escuadrilla de aviones del Aeroclub local, todo con un servicio de buffet a cargo de la Cooperadora de la Escuela Nº 268 y con el auspicio de la Comuna de Cañada Rosquín.
