La ruta provincial Nº 9, es una opción para conocer las sierras puntanas desde arriba. A su paso, alberga pueblos con bucólicos paisajes y mucha historia.
Por Rodrigo Chavez Lagraba
En las cercanías de las sierras de los Comechingones se acumula la mayoría de la población de la provincia de San Luis. Con una densidad de población de las más bajas del país, en esta región se concentran la mayoría de las actividades económicas de la provincia. La agricultura, la ganadería y las producciones artesanales, se suman a una actividad central para la región, el turismo.
Más allá de Merlo y Potrero de los Funes, dos localidades con mucha presencia cuando se habla de ofertas turísticas en San Luis, las rutas puntanas esconden pequeñas localidades con un atractivo visual, gastronómico e histórico preparados para recibir a viajeros de todo tipo.
Pero, para los amantes de la altura, lo importante es el camino que recorre los diferentes puntos turísticos. Entre las vías mejores preparadas para recorrer la serranía se encuentra la ruta provincial N.º 9. La misma llega a trepar los 1.720 metros sobre el nivel del mar (msnm) y es el primer camino consolidado que atravesó el cordón central de las sierras de San Luis, construido en 1966.
Cabe aclarar que el estado de la ruta es óptimo, ya que la pavimentación se realizó en 2010. Se trata de un gran corredor paisajístico de 100 km que atraviesa la Pampa de las Invernadas, y asciende la sierra a través de caracoles desde donde se observa una amplia vista del Valle de San Francisco, del dique Las Palmeras, el Río Claro y las Sierras de Socoscora.
Durante el recorrido, los viajeros se encontrarán con tres grandes puntos panorámicos que ofrece visuales diferentes de las planicies del oeste, de los Cerros de la Carolina y del oeste puntano.
Esta, si se recorre de sur a norte, se inicia como autovía desde la altura de El Volcán y comienza a penetrar los cerros llegando a la localidad de Trapiche, donde se convierte en una ruta de dos vías.
Movimiento y calma
Trapiche es una de los principales destinos turísticos de la provincia, erigido sobre las faltadas de la sierra, el río homónimo atraviesa la ciudad y desemboca en el embalse La Florida, que se ubica en el ingreso sur de la ciudad. En este sitio se realizan actividades lúdicas como el lanzamiento en tirolesa, además de ofrecer una postal digna de capturar con la lente de una cámara.
Ubicada a 39 km de la capital provincial, en Trapiche se concentran gran cantidad de comercios, ferias y locales gastronómicos. Por otra parte, la localidad cuenta con una nutrida oferta de cabañas, campings y paradores. Durante el día, el río se colma de personas que descansan en reposeras y disfrutan del paisaje mientras toman mates o arman los tradicionales pic-nics. También están quienes eligen refrescarse en las aguas del río Trapiche.
A pocos kilómetros en dirección norte, sobre los primeros cerros de la ruta, se encuentra Río Grande. Este poblado ofrece, además de algunos locales gastronómicos, un ambiente de calma que contrasta con el movimiento de la ciudad antes mencionada. Los paisajes están cargados de lomas y, de optar por un alojamiento en este lugar, puede ser un buen punto para tener diferentes opciones a poca distancia. Desde Río Grande, se puede acceder a un camino de montaña pavimentado que une la ruta 9 con la ciudad de Nogolí, al oeste de las sierras.
Continuando por la ruta 9 hacia el norte, en el Valle de Pancanta, se puede acceder a una cascada de casi 60 metros denominada Salto de la negra libre. Ubicada a 15 kilómetros de Río Grande, es uno de los principales atractivos de la región, muy visitado por los amantes del turismo aventura. Se trata de una Caminata de dificultad media alta, que por trayectos se debe cruzar el río. Es recomendable solo para personas de buen estado físico.
Historia
A 32 kilómetros de Río Grande se encuentra La Carolina, una pequeña localidad colgada de las montañas, al pie del cerro Tomolosta (de 2.018 msnm), cargada de historia. El pueblo fue fundado en 1792 por el Virrey Marqués de Sobremonte, quien intervino las minas y decidió el trazado de una villa. Bautizó a este pueblo con el nombre La Carolina en honor a Carlos III de España. En las minas explotadas, se extraía oro que que se llevaba a Chile y se acuñaba en la Casa de Moneda de Santiago Heindenreich. Con una población menor a 300 habitantes, La Carolina ofrece una arquitectura única, con calles asfaltadas con lajas y con construcciones antiguas de piedra.
En La Carolina, se puede visitar el Museo de la Poesía Juan Crisóstomo Lafinur, donde se exhiben más de 1.700 manuscritos de literatos locales, de habla hispana y del Mundo.
Otra opción es acceder al programa local Huellas Turismo La Carolina, donde se ofrecen búsquedas de oro en el río, visita guiada a la mina de oro, rappel, turismo educativo y productos regionales. Por otra parte, se puede acceder a balnearios naturales sobre el Río Grande, caminatas al Cerro Tomolasta, pesca con devolución sobre el Río Grande (trucha arco iris, a partir del 1º de noviembre y con permiso municipal) y visitar la Capilla histórica Nuestra Señora del Carmen.
A 36 kilómetros de La Carolina se encuentra la última ciudad ubicada sobre la ruta 9, San Francisco del Monte de Oro. A pocos kilómetros, la cinta asfáltica se unirá a la ruta nacional Nº 146.
La ciudad está emplazada en un valle, al pie de las sierras de Michilingüe, con una altitud media de 796 msnm. Destacan en el ambiente frutales que dominan sus alrededores, molles, algarrobos y palmeras caranday.
La autorización para la fundación del pueblo fue otorgada por el gobernador de San Juan en 1674 y fue el Capitán Domingo Sánchez Chaparro el primer titular de la posesión de las tierras. Fallecido este, su mujer vendió los terrenos de lo que en aquel momento era la Estancia La Rinconada de San Francisco a Don Pedro Escudero y Aldana. Ese sería el inicio de lo que hoy es la ciudad.
La localidad está dividida en dos por el río San Francisco. Al sur de este límite se encuentra el casco histórico, constituido por una plaza central, donde se encuentra la antigua capilla San Francisco de Asís, antiguas construcciones de adobe del siglo XVIII y la primera escuela fundada por Domingo Faustino Sarmiento cuando tenía 15 años y declarada patrimonio histórico nacional.
Además, en las cercanías de la ciudad se pueden disfrutar de diferentes cascadas y balnearios. La laguna Las Palmas, la laguna Azul, la costanera del río Claro, el río Socoscora y la quebrada de López, son las opciones naturales que ofrece la región.
También se pueden visitar diferentes minas y museos.
De esta manera, en un recorrido de más de 70 kilómetros, la ruta 9 oficiará de guía para una multiplicidad de actividades turísticas. Si se los recorre sin demora, el recorrido durará menos de dos horas. Si se explora con atención, el itinerario demandará días y, seguramente, despertará el deseo de cambiar por más tiempo la llanura por las serranías.