Crece la ola de mujeres famosas que eligen envejecer evitando cirugías, tratamientos invasivos y estereotipos de belleza.
Por Chama M. Nóbile
Desde hace un tiempo el mundo de la farándula se vio sacudido por la irreverencia de muchas actrices y modelos que decidieron dejar de lado el mandato de permanecer “eternamente jóvenes y esbeltas”, para mostrarse tal cual son: con las arrugas, las canas, los kilos o la celulitis de cualquier mortal que pasó la barrera de los 50 años. Tal acto de rebeldía contra la industria de la belleza ficticia y estandarizada, -que llevó a más de una a ponerse al límite entre la vida y la muerte-, no fue aceptada de un día para el otro, pero sirvió para abrir el debate y empezar a reconocer que no vale la pena arriesgar la salud física y mental para cumplir con los mandatos de la industria de la imagen que afecta tanto a quienes trabajan en ella como al público que la consume.
Tal como pasó con el movimiento “Me too” donde actrices y actores famosos denunciaron las situaciones de acoso sexual que sufrieron durante sus carreras y que puso en el tapete el dejar de aceptar como “natural” el hecho de que algún director o productor los manoseara o violara para poder conseguir un papel, la “rebelión de las viejas” hizo lo propio con el tema de los estándares de belleza modernos.
Es así que famosas como Kate Winslet, Drew Barrimore, Jamie Lee Curtis, Cameron Díaz, Moria Casán, Silvina Luna, entre muchas otras, comenzaron a imponer su versión sobre aceptar la “belleza natural” y eso sirvió para resquebrajar los estereotipos.
Tal cual somos
Aceptar la aparición de canas, arrugas, estrías o celulis y atreverse a mostrarse tal cual somos, es un signo de salud mental. Principalmente porque surgió de gente que en su mayoría pasó por situaciones de cirugías estéticas, trastornos alimenticios (bulimia, anorexia), dependencia a las anfetaminas y drogas, alcoholismo, entre otras, para tratar de “encajar” en los estereotipos de belleza de la industria (cine, televisión, moda, etc.).
Un caso icónico fue el de Drew Barrimore, la pequeña niña de ET, que hoy es una mujer con más de cinco décadas y que hace unas semanas, -en medio de una entrevista televisiva- tuvo un sofocón clásico de la menopausia y lejos de avergonzarse, dijo lo que le estaba pasando. Barrimore llegó hasta aquí, no sin antes haber atravesado el infierno de ser extremadamente famosa a corta edad, lo que incluyó adicción a las drogas, alcoholismo y problemas de peso. Sin embargo, manifestó que jamás se operará el rostro para ocultar el paso del tiempo, porque envejecer es parte de la vida.
Actrices como Hellen Mirren, Sofía Loren, Emma Thompson o Penélope Cruz fueron capaces de demostrar que pueden brillar en papeles donde interpretan a mujeres comunes y viejas, lo que también es un golpe para cierto sector de la industria de la imagen que llegó a decirle a muchas de ellas que “ya no servían” para el trabajo. Fueron ellas las que osaron publicar fotos sin filtro, usar bikinis en playas públicas y mostrarse tal cuales son, lo que también le valió el ataque de los y las “haters” que criticaron su desfachatez. Pero a la vez colaboran en abrir los ojos al resto de la sociedad para que entiendan que llegar a la vejez dignamente no es un castigo, sino un privilegio.
Útiles, bellas y sexys
Aceptar el paso del tiempo tampoco quiere decir que uno deba dejar de cuidar su imagen y de hacer las cosas que lo hagan sentir mejor. Eso depende de cada cual. Pero pone al descubierto que las mujeres, ni los hombres están obligados a cumplir con los estereotipos de la “eterna juventud” y demuestra que también se puede ser “útil, bella y sexy” a pesar del pelo blanco, las patas de gallo y la grasa abdominal.
La rebelión de las viejas se está encargando de demostrarle a la sociedad que la belleza natural es la más hermosa de todas y siempre debe valorarse y que el envejecimiento es una etapa de la vida relacionada con la experiencia donde también coexisten la alegría, la energía y la dignidad. Por lo mismo, cree que no hay ninguna razón para ocultarla o avergonzarse.
De igual manera destacan que el secreto de su buen aspecto, aun siendo viejas, radica en mantenerse vitales, hacer las cosas que les hacen sentir bien y no preocuparse por lo que puedan pensar u opinar los demás en relación a su estética. Todas coinciden que la belleza real no solo tiene que ver con el físico, sino que se relaciona con los valores más profundos de cada persona.
Los casos argentinos
La diputada nacional del Frente de Todos Gabriela Cerruti publicó a fines de 2020 el libro La revolución de las viejas y contó que la idea surgió cuando en 2019 grabó un video en el que habló sobre qué les pasa a las mujeres adultas. Cerriti señaló que “hay que reivindicar la carga negativa que tiene la palabra ‘vieja’, que se la pusieron desde afuera” y expresó: “Las viejas tenemos que construir nuestro territorio para lo que se viene”. En ese marco, la también periodista y escritora reflexionó sobre el bienestar, el sexo y el poder después de los 60 años y aseguró: “La juventud no es el momento idílico de la vida”.
Más allá de Hollywood en Argentina también existen mujeres famosas que patearon el tablero. Este verano la siempre polémica Moria Casán le tapó la boca a una turista que la fotografió en bikini. La usuaria de Twitter retrató a la ex vedette en la playa Bristol de Mar del Plata, luciendo un traje de dos piezas con transparencias. En la red del pajarito puso: “Tápese señora, ubíquese como lo que es, una mujer mayor”, agregando emojis de asco seguidamente. Lejos de encontrar complicidad en otras personas, el posteo fue fuertemente repudiado, y la internauta recibió varios comentarios sobre sus prejuicios respecto a los cuerpos ajenos.
Rápido llegó la respuesta de la propia Casán, quien -fiel a su estilo-, disparó: “Tapate vos, imbécil”. Poco después la actriz posteó “Hello amores, me llaman para bancarme porque me muestro en bikini diminuta. Aclaro que el tajo que se me ve arriba de mi pelvis es mi tatoo predilecto. Mi cesárea y la playa es la Bristol -grasa + celulitis + cesárea =libertad”, escribió.
Siempre contra la corriente, Moria Casán -quien también en su momento pasó por el bisturí- recientemente eligió mostrarse en las redes sociales sin filtros, efectos, retoques o maquillaje.
En tanto esta semana la rosarina Silvina Luna, quien fue víctima de mala praxis en un tratamiento estético que afectó gravemente su salud, recibió críticas por su aspecto tras haber publicado un video en su cuenta de Instagram. Ante esto la ex Gran Hermano salió a contestar y aprovechó la ocasión para concientizar sobre cómo afectan los comentarios sobre los cuerpos y apariencia ajenos.
“No se opina del cuerpo de otro ni de la cara de otro ni de la ropa del otro.Esta soy yo sin maquillaje, sin filtro, sin bótox, sin rellenos… Quería comunicarles esto porque ayer subí un reel en el cual me encontré con un montón de comentarios muy crueles, la verdad. Yo por ahí estoy más curtida pero hay muchas chicas, adolescentes y no, que con un mensaje tan dañinos la pueden matar”, dijo.
“Me encantaría regalarles que puedan mirarse interiormente y darse cuenta que la valía no está en si tenés la cara más redonda, si estás más gorda, más flaca”, respondió.
Silvina Luna perdió sus riñones por los tratamientos estéticos que le hizo Aníbal Lotocki, hace 12 años atrás. Lotocki fue condenado a 4 años de prisión por la causa de mala praxis que le iniciaron varias modelos argentinas, además de Luna.