Diente de león, ortiga, cerraja y llantén son algunas de las hierbas comestibles que podemos consumir
Por Chama M. Nóbile
¿Alguna vez pensaste que la ensalada podría estar en el jardín de tu casa? Te invito a reconocer cuáles son algunas de las “buenezas” vegetales que crecen al alcance de tu mano, sin que nadie las atienda y que pueden aportarte importantes nutrientes, además de un alivio al bolsillo porque las conseguís totalmente gratis.
Si sos un poco observador y no acostumbrás a comprar verdura cortada y envasada, te habrás dado cuenta de que la achicoria que comés en la ensalada se parece mucho a un “yuyito” que crece en tu patio o vereda. Pues bien, la verdad es que muchas de las erróneamente llamadas “malas hierbas” del jardín, son en realidad alimentos que pueden aportar importantes nutrientes y vitaminas a tu organismo.
Aquí te ofrezco una pequeña guía de algunas plantitas para incluir sin miedo en tus ensaladas, tortillas, infusiones e incluso, en la pasta del domingo.
Diente de león
Esta planta perenne con forma de roseta. Tiene hojas alternas con una nervadura central, con lóbulos en forma triangular de márgenes dentados y agudos, a veces presenta microvellosidades. Las flores son de color amarillo dorado que la hacen fácilmente identificable. Florece desde fines de invierno hasta fines de verano. Sus semillas forman el famoso “panadero” que los niños soplan al viento pidiendo deseos.
Es una de las principales especies de flora de interés apícola en las praderas, las abejas visitan sus flores indefectiblemente, que entregan muy buena cantidad de néctar y polen.
La raíz seca se utiliza como sustituto de la achicoria, que a su vez es sustituto del café. Sus hojas son comestibles, se prefieren las jóvenes y tiernas para ensaladas mientras que las maduras, al ser más amargas, se consumen cocidas tanto hervidas como fritas a la manera de la acelga. La raíz se puede moler para usar como condimento y también se seca para producir una bebida semejante al café. También se prepara mermelada y vino con las flores.
Los pétalos de las flores pueden contribuir a dar sabor y color a ensaladas mixtas. Los botones de las flores son apreciados si se preparan con aceite de oliva. Las flores también se pueden preparar en pastel.
Entre sus propiedades medicinales el diente de león es una planta depurativa, indicada para purificar el organismo de elementos tóxicos. Puede actuar en el hígado, riñón y la vesícula biliar, y con su efecto diurético evita la aparición de piedras en el riñón. También es un tónico digestivo contra el estreñimiento y la resaca de alcohol.
Para uso tópico es eficaz para limpiar la impurezas de la piel, acné, urticaria. Estas propiedades se deben a su contenido de inulina, ácidos fenólicos y sales minerales, entre otras sustancias que aportan beneficios a la piel.
También le atribuyen propiedades antirreumáticas, espasmolíticas, anaflogísticas y antiinflamatorias, entre otras.
En fitoterapia (herbolaria) se usa también los principios activos puros mediante infusiones o decocciones, principalmente para inapetencia, indigestión y disturbios hepáticos.
Sus hojas contienen gran cantidad de vitamina A, C, hierro, llevando más hierro y calcio que las espinacas u otras hortalizas.
Cerraja
Esta es una planta muy similar al diente de león pero la principal diferencia es que puede llegar a medir 1,50 metro de altura. Tiene un tallo rojizo y sus flores amarillas pero mucho más pequeñas, al igual que el plumerrillo que conforma sus semillas. La cerraja se consume cruda o cocida. Es rica en minerales y antioxidantes. Sus hojas y raíces se utilizaban para combatir el ardor estomacal, teniendo además propiedades diuréticas y antioxidantes. Sus hojas crudas se machacaban para hacer emplastes para curar heridas y problemas de piel.
Desde un punto de vista nutricional, la cerraja destaca por su alto contenido en potasio un mineral que estimula la producción de orina y que ayuda a la eliminación de residuos del organismo. Como otras verduras de hoja, la cerraja también aporta gran cantidad de ácido fólico, una vitamina que limpia la sangre de tóxicos como la homocisteína, resultando una verdura muy adecuada para casos de colesterol alto, diabetes, obesidad y enfermedades de corazón.
Además, es muy rica en potentes antioxidantes como son los carotenos y la clorofila. Estos principios tienen propiedades para depurar el hígado ya que intervienen en sus procesos de desintoxicación. Un plato de cerraja también aporta mucho calcio, magnesio y hierro.
Llantén
En las tiendas naturistas es común encontrar frascos de plántago o llantén, pues está cargado con beneficios y propiedades. Desde la antigua Grecia ya era utilizado como planta medicinal, incluso fue introducida al Nuevo Mundo por parte de los colonizadores como parte de su botiquín. No solamente se conocían desde hace tiempo sus capacidades curativas, sino que incluso se le atribuían propiedades místicas.
El llantén es una planta herbácea y medicinal que crece cerca del suelo, con una altura de 20 a 60 centímetros de alto. Las hojas nacen desde un mismo punto y desde esta base crecen largos tallos de los que se formarán las flores que brotan para los meses de abril a junio.
Su nombre científico es plántago y tiene varias especies. Todas tienen propiedades medicinales muy similares y crece de modo silvestre a lo largo de caminos, prados, zanjas, lugares perturbados, zonas abiertas dentro de bosques o en campos de cultivo destinados solamente a su producción. Tiene un sabor dulce.
Esta planta es rica en principios activos beneficiosos, por lo que clasifica como medicinal. El llantén tiene propiedades laxantes, expectorantes, antiinflamatorias, demulcentes, antibacterianas, antisépticas, antiespasmódicas, antihistamínicos, hepatoprotectoras, astringentes, antidiarréicas, antihemorrágicas, diuréticas, hemostáticas y dermatológicas.
Frecuentemente es consumida por sus altos niveles de fibra y, en conjunto, con la producción de mucílago ayudan a regular la digestión y a facilitar el tracto intestinal. Además de aliviar el estreñimiento, sirve para detener diarreas, disminuir gases y cólicos. Disminuye la acidez estomacal y el reflujo.
También reduce resfriados, gripes y afonía. En caso de enfermedades de vías respiratorias, el mucílago ayuda a despejar los pulmones, faringe y laringe mientras los protege con su capacidad antimicrobiana, disminuyendo la fiebre al paso que despeja al cuerpo de la enfermedad.
En casos de afonía lubrica la garganta y disminuye la irritación.Incluso fue utilizada para tratar la tuberculosis y la neumonía.
Alivia afecciones cutáneas o superficiales. Puede ayudar a cicatrizar heridas superficiales como quemaduras, llagas, piquetes de insecto o serpientes, herpes, irritación o incluso psoriasis gracias a su capacidad de detener hemorragias. Por otro lado, en caso de hemorragias, como por ejemplo de nariz, bucal, ocular en forma de conjuntivitis, o incluso hemorroides, es muy efectivo.
Reumatismo
Al ser un gran antiinflamatorio, el llantén puede aplicarse en las articulaciones afectadas por el reumatismo. Ayuda a relajar la zona y a desinflamarla. Hay quienes la utilizan en casos de otitis para eliminar la infección.
Las partes que se consumen del llantén son: las flores, las semillas y las hojas.
Para tratar condiciones internas se consume en forma de infusión que puede hacerse con la hierba fresca, que es la mejor opción con más contenido de principios activos, o también a partir de la planta ya seca y procesada.
Para preparar una taza se coloca el agua correspondiente hasta que hierva y, después, se agrega una cucharada sopera de llantén. Se tapa y se espera cinco minutos a que el agua se infusione. Posteriormente se consume con una dosis de tres a cuatro tazas al día, preferiblemente después de cada comida para fomentar la buena digestión. El periodo a largo plazo no debe sobrepasar un mes.
En casos de infecciones causantes de diarrea, se recomienda tomar hasta 6 vasos a lo largo del día para atajar lo antes posible a las bacterias infecciosas. El tiempo de uso es de 2 a 5 días, tiempo para el que la diarrea ya se debe haber detenido.
El llantén puede combinarse con otras hierbas compatibles y beneficiosas para cada enfermedad que se busca aliviar, como lo son, por ejemplo: La manzanilla para problemas digestivos. El eucalipto para vías respiratorias. El tomillo para reducir la tos. El perejil para regular el tracto intestinal. El malvavisco para restaurar la mucosa de las vías respiratorias y digestivas, entre otras.
Para tratar el estreñimiento puede conseguirse en formato seco, que consta de cascarillas de llantén que funcionan como fibra. En este caso se le llama psyllium.
La dosis a tomar es de una dos cucharaditas en un vaso de agua tibia. Debe tomarse inmediatamente para evitar atragantarse cuando se hincha. Para tratar la constipación se toma de 3 a 5 días, y en caso de constipación crónica debe usarse de 1 a 3 meses.
El llantén en compresas
En caso de querer usarlo para tratar condiciones externas, como por ejemplo para la piel, deben prepararse compresas. Estas se hacen preparando una infusión de llantén y humedeciendo un paño limpio con ella. Se coloca la compresa directamente en la zona afectada.
Puede usarse en frío para reducir el dolor o en caliente para relajar la zona. En este último caso hay que comprobar siempre antes la temperatura para que el paciente soporte sin que la preparación le queme. El tiempo para aliviar condiciones tópicas es de por lo menos 3 meses, para asegurarse de que se logró restaurar la piel a fondo.
También existe la alternativa de las cataplasmas, que consiste en preparar una pasta con las hierbas sueltas a partir del llantén y llevarlo a temperatura caliente para ser aplicada directamente en la zona afectada, cubriendo posteriormente con una venda.
Pueden encontrarse preparados ya listos en tiendas naturistas o herbolarias, en forma de tinturas, jarabes, extractos hidroglicólicos o alcohólicos, o en preparados secos de semillas listos para agregar a cualquier jugo. Para consumir las tinturas, pueden conseguirse en homeopáticos. Ellos recetarán la dosis, que suele ser de toma diaria durante 15 días.
Efectos secundarios del llantén
El llantén no presenta toxicidad y los casos de intoxicación son muy raros. Lo que sí es importante es que debe consumirse en las dosis mencionadas para evitar efectos secundarios.
El llantén se desaconseja durante el embarazo y la lactancia. Se desaconseja para aquellas personas con dermatitis: en algunos pocos casos puede haber reacción por contacto tópico a causa de glucosinatos.
Las personas con alergia al polen pueden tener reacciones cuando se consumen las flores y las semillas.
Estas plantas silvestres que hoy en día se conocen como comestibles han formado parte de la cocina tradicional desde la antigüedad, y podría decirse que su consumo se remonta al origen del hombre. Reintroducir su consumo en la cocina es recuperar un vestigio de la historia gastronómica, cerca de perderse y ser enterrado por la globalización alimentaria.
En la próxima entrega hablaremos de la ortiga, la verdolaga, la santa Lucía y el taco de reina.