Comenzó la segunda edición de la Semana del Mueble, impulsada por un sector industrial que caracteriza a la cabecera de Iriondo
Por Quique de María
Una nueva edición de la Semana del Mueble que se desarrolla en Cañada de Gómez, sirvió de disparador para pensar en una parte fundamental de la historia de la ciudad que en 2018 y en el marco de la crisis que atravesaban los sectores productivos, fue declarada Capital Provincial de la Industria Mueble.
La segunda edición de la Semana del Mueble, que se lleva a cabo desde el 18 al 24 de septiembre en todo el país, impulsada por el Instituto del Mueble Argentino (IMA) con el apoyo de la Federación Argentina de la Industria Maderera (Faima) motivó esta mirada sobre la actividad local más destacada.
En Santa Fe también están Esperanza, el Gran Rosario y el Gran Santa Fe como nodos principales. De todas maneras, tal cuando evocamos a Las Parejas vienen a nuestra mente las fábricas de maquinarias agrícolas, con Cañada nos pasa lo propio con las empresas muebleras. Es un fenómeno histórico, vigente en todo contexto. En lo que hace a la actividad industrial, aunque sigue siendo la especialidad más sólida, con el transcurrir de los años del presente siglo, disminuyó en volumen, tal como se verá en las estadísticas que desde 2003 la Fundación para el desarrollo de Cañada de Gómez (Fudeca) realiza periódicamente respecto de industrias, comercios y servicios de la ciudad.
El Impreso del Oeste dialogó con César Federici, secretario de la Cámara de la Industria Maderera y Afines de Cañada de Gómez (Cima) cuya experiencia abarca gran parte del período del que es objeto esta nota. En primer lugar hizo un detalle de su experiencia institucional. “Me incorporé al sector en el año 2005, como segunda generación en la empresa. En 2008 comencé a formar parte de la primera comisión directiva de Cima luego de su regularización, ya que estuvo inactiva varios años. Fui vocal, tesorero y secretario. Desde 2016 ocupé la presidencia durante dos mandatos y actualmente soy secretario. Además desde e 2016 participo en la Fundación para el Desarrollo de Cañada (Fudeca) como representante de Cima. Actualmente soy el tesorero de dicha institución. Desde 2017 soy presidente del Centro tecnológico del Mueble de Cañada de Gómez que funciona dentro del ámbito de Fudeca. Participo en Faima, desde 2016 y hoy soy vicepresidente 3° de esa institución. También soy vicepresidente del Instituto del Mueble Argentino (IMA) que funciona dentro de Faima”.
Los números
Los Censos Industriales realizados por Fudeca desde 2003, permiten un conocimiento acabado sobre la realidad económica cañadense en general y sobre la industria maderera en particular: su mercado, los recursos humanos e inversiones, entre otros datos.
En 2003 había 114 fábricas de muebles sobre un total de 221 industrias. Lo que equivale a un 51,58%. En 2006 la relación era 114 sobre 199: 57,29%. En 2009 se registró 97 sobre 193: 50,26%. En 2012 la relación fue de 127 sobre 243: 52,26%. En 2015 se contabilizó 101 sobre 249: 40,56%. En 2018 se observa 82 sobre 225: 36,28% y en 2022 (última medición) 72 sobre 207: 34,8%.
El informe 2022 de Fudeca dice: “Se observa un decrecimiento del sector del mueble en la ciudad desde 2003 hasta la actualidad, detectándose en 2022 el menor valor. Particularmente, desde el relevamiento de 2018 hasta hoy, se detectaron 10 Industrias del Mueble menos” (Nótese que el señalamiento es solamente en términos absolutos).
Consultado Federici sobre los peores momentos del Siglo XXI detalló que “los mínimos históricos fueron en 2001. No solamente para el sector si no que para toda la Argentina, fue una época bastante traumática. Otro momento, 2008 con la crisis del campo y también el tema de Lehman Brothers, que fue un cimbronazo internacional. Luego en 2016 y 2017 hubo baja venta y baja producción”.
La época de 2001 nos exime de todo comentario. Respecto de 2008 mencionó el conflicto con los sectores agropecuarios pero remarcó con énfasis: “lo del derrumbe de Lehman Brother, fue una situación externa”.
Respecto de la crisis internacional de 2008 y del último lustro de la década pasada, se puede observar en los guarismos antes presentados. En 2009 se realizó el primer sondeo luego de la crisis financiera global de 2008 y es uno de los momentos donde se registró una caída significativa de la cantidad de fábricas en términos proporcionales. Lo mismo ocurrió con lo exhibido en el informe de 2018 donde también se advirtió la otra gran merma de empresas en términos de porcentaje.
La fuerza de los símbolos
Un pasaje institucional que reafirma la retracción económica de aquellos años pero la fortaleza de lo simbólico, ocurrió en 2018. Se realizó un acto en la Cámara de la Madera, con diversos funcionarios y empresarios presentes. La entonces ministra de producción provincial Alicia Ciciliani hizo entrega de la promulgación de la ley que declaró a Cañada de Gómez Capital Provincial de la industria del Mueble. El proyecto había sido presentado por el senador departamental Hugo Rasseto. Al culminar el encuentro protocolar los referentes atendieron a la prensa. Fue el mismo legislador quien, entrevistado por Visión Multimedios, reconoció el momento socioeconómico negativo: ”es objetiva la situación angustiante por la cual están atravesando los trabajadores y los empresarios del mueble. Me pongo en el lugar de los obreros del mueble y de la angustia de su familia, de no saber si van a tener trabajo mañana”.
Posteriormente Ciciliani expresó: “Con esto simbólicamente estamos diciendo: queremos que la industria del mueble se mantenga y se desarrolle. El contexto es por demás de difícil. Hay un contexto recesivo que baja el consumo interno y en el que no hay crédito”.
Respecto a la realidad de esta década específicamente, Federici expresó que “hubo una buena etapa a mediados de 2020, luego bajó y hoy no estamos en niveles de producción tan altos pero sí aceptables. Se nota una merma en estos meses, pero no estamos en los niveles mínimos históricos”.
Sobre las necesidades actuales para que el sector de un salto cualitativo señaló que “dentro de las principales variables a mejorar está la construcción de marca tanto sectorial como empresarial, acelerar los procesos del diseño tanto al pensar el producto y su uso, mejorar la comunicación y la comercialización, profesionalización y asistencia técnica permanente en todas las áreas, mejorar la competitividad y adecuación a las normas internacionales; esto se convierte en una barrera para el ingreso de productos externos y al mismo tiempo aumenta las posibilidades de exportar. También hay que fomentar una mayor integración en la cadena de valor de la industria del mueble: proveedores, fabricantes, comercios, instituciones educativas y el sistema científico tecnológico”.
La nómina detallada es indiscutiblemente extensa y diversa. En este sentido se desarrolló desde Cima, el Centro Económico y Fudeca, todo tipo de capacitaciones. Por otro lado, cada vez que viajaban las delegaciones a la prestigiosa feria del mueble de Milán, de regreso, una de la constantes que aparecían en el relato colectivo era lo avanzado que estaban los colegas de los países líderes del sector.
Durante la ya mencionada retracción severa del mercado interno, muchos empresarios madereros se tentaron con la idea de exportar y en cada reunión se asumían las carencias relacionadas con los ítems recién enumerados por César Federici.