Con la definición en la liga Cañadense y Totorense, se completan los campeones de las tres ligas del oeste santafesino.
Por Juvenal Gerón
El cierre de las dos últimas competencias liguistas, completaron una seguidilla de logros que arrojan resultados históricos. Por un lado, Almafuerte de Las Rosas volvió a gritar campeón en la Cañadense después de 37 años de traspiés. Por otra parte, Belgrano de Serodino consiguió el campeonato en la Totorense tras 16 años de sequía.
Cabe aclarar que Americano de Carlos Pellegrini había logrado, semanas atrás, el campeonato en la San Martín después de 19 años. De esta manera, el cierre del 2023 tuvo una marca de “corte de rachas” para los tres clubes de nuestras ligas.
12 pasos
La liga Totorense, a diferencia de las otras dos, tuvo un campeón absoluto. ¿Cómo se definió? Acomodesé, cébese un mate o prepárese un vermú, porque este cuento viene pa’ largo. Aunque ya otras veces lo hemos contado:
El torneo Apertura definió dos semifinalistas para la definición del Absoluto. Los dos clasificados fueron Juventud Unida de Barrancas (Carju) y Belgrano de Serodino. En esa primera rueda, varios equipos que tuvieron un rendimiento regular en la fase clasificatoria fueron eliminados en los mata-mata por otros equipos que entraron “por la ventana”, como se expresa en la jerga. Sea como sea, gajes del oficio.
Para la segunda parte, quien resultara primero obtendría el pase directo a la semifinal del Absoluto, mientras que el otro semifinalista se definiría en un mata-mata entre el resto de los contendientes, dependiendo la posición en la tabla general del Clausura.
Pero ¿Qué pasaría si quien terminara primero en la general de la segunda vuelta fuera uno de los ya clasificados a semifinales? Pues, en ese caso, la clasificación sería directamente a la final. Y esto fue lo que ocurrió: el León de Serodino obtuvo la plaza para disputar la final del Absoluto, mientras esperaba pacientemente (¿?) a quien sería su rival.
La historia se completa con Sporivo Rivadavia imponiéndose en las eliminatorias, dejando atrás a Carju en semis y llegando a la final. A fin de cuentas, el tiempo de espera tan prolongado que tuvo que sufrir Belgrano fue algo que, a la vista de las declaraciones de su DT, Adrián Bastía, jugó en contra a la hora de la final por la falta de “ritmo de competencia” de sus dirigidos.
En sendas “somníferas” finales, el resultado entre el vigente campeón, Sportivo Rivadavia, y Belgrano fueron dos empates en un cero más grande que la liga Totorense. Si bien parecía que el empate conseguido en la ida en cancha del León le dejaba la ventaja en bandeja a Sportivo, el mismo resultado en la vuelta obligó a definir todo desde tiros de penal. 1 a 3 fue el resultado desde los doce pasos y Belgrano levantó la copa en San Genaro
In memoriam
El campeonato obtenido por Belgrano está cargado de sentimiento por ser el primero después de la muerte del ex jugador y vigente presidente del club, Fabián “Chori” Zanatta. El deportista, sin enfermedades de base, había fallecido en 2020 a raíz de complicaciones derivadas por coronavirus. Su deceso se consumó tras padecer más de un mes internado y su temprana partida dejó un vacío y consternación enorme en su club y en la región.
Zanatta tenía apenas 33 años y lo unía con el Polaco Bastía una profunda amistad. Eso desencadenó que, ya en el 2021, Bastía se hiciera cargo de la presidencia del club, además de comandar al equipo dentro de la cancha.
Para este año, el padre de “Chori” fue quien tomó las riendas de la institución y el Polaco las del equipo, pero esta vez desde el banco. Con este título, la bandera de Chori blande con su memoria viva.
Fin del maleficio
La liga Cañadense otorgó dos campeones este año. En la primera mitad, la definición había sido entre Almafuerte y Defensores. Con el partido de vuelta disputado en Las Rosas, Almafuerte perdía otra vez la chance de gritar campeón y el Apertura se iba para Armstrong en los brazos de “Fito” Rinaudo.
¿Por qué decimos “otra vez”? Porque en el año 2021, con una modalidad de competencia diferente, el “Celeste” había perdido la posibilidad de quedarse con el Absoluto, también jugando de local, frente a Sport Club Cañadense. Con esta historia reciente, la definición del Clausura ya tenía el sino del “maleficio”: Almafuerte definía de local.
Demás está decir que el rival de la final era el temido “Lobo” de Las Parejas. En el partido de ida, Almafuerte se había traído un importante empate en uno para disputar los restantes 90 minutos. Ya en casa, el resultado no podía ser más auspicioso, Almafuerte lo ganaba desde los 4 minutos por un cabezazo de Ulises Virreyra (pego en la espalda de Pizzichini y entró), resultado que se ampliaría en el segundo tiempo con un gol de penal a los 37 de Lucio Fabrichini. 2 a 0 arriba sobre el final del partido, ¿Qué podía salir mal para el “Celeste”? Otra vez, el diablo metía la cola.
A los 47 minutos, Kun Villalba descontaba para Sportivo e, increíblemente, a los 48 minutos con 30 segundos, un zurdazo de Víctor Grioni se metía al ángulo decretando un empate imposible. El árbitro Leandro Bottoni había adicionado 4 minutos que fueron suficientes para convertir a la hinchada local en pacientes coronarios de riesgo. Habría penales, y el “maleficio” volvía a rondar el estadio.
Con la serie 1 a 1 y con dos penales para cada lado, el tercero en patear por Sportivo fue “Tucu” Jiménez y estrelló su tiro contra el travesaño; mientras que Ulises Arévalo de Almafuerte la pateó por arriba del arco. Los nervios, claramente, jugaban una mala pasada y, después una seguidilla de penales convertidos, Fede Pizzichini y el arquero Ramírez fueron efectivos poniendo arriba al Lobo. Por su parte, “Titi” Mora y Virreyra volvieron a dejar la serie igualada. Cuando llegó el turno de los mata-mata, la historia se definió. El arquero Lardito se inclinó sobre su lado izquierdo y tapó el tiro anunciado de Oriniak y dejó a tiro de gol el campeonato para los locales.
En ese contexto de ansiedad e incertidumbre, con el fantasma del “maleficio” que sopesaba el resultado parcial, Juan Cruz Gutiérrez emprendió la larga marcha hasta el punto de penal (la más larga y pesada, según cuentan los futbolistas que llegan a estas instancias en todos los ámbitos). Gutierrez se agachó, acomodó el esférico y, posteriormente, tras la carrera, la puso contra un palo para que bese la red desde el lado de adentro y para que la hinchada estalle en un grito que venía atragantado desde hacía muchísimo tiempo.
Es imposible considerar este título que obtiene Almafuerte de manera aislada. El Celeste lo merecía por tantos tropiezos, después de tantas buenas campañas.
¡Al pueblo Celeste, Salud! A brindar, se terminó el maleficio.
Nombre, se busca
Como mencionamos al comienzo de esta nota, Americano obtuvo el torneo Clausura de la liga San Martín después de casi 20 años sin títulos. “El Polanco” había tenido un estupendo andar en la fase regular del Apertura, logrando un récord de puntos que no sirvieron de nada a la hora de definir el campeonato en una fase eliminatoria.
En aquel primer semestre, Atlético San Jorge fue quien se coronó campeón. Un club gigante para la región, preparado para otro tipo de competencia, otra vez tuvo que conformarse con un año de victorias en la liga San Martín al no poder continuar en competencia en la Liga Regional Federal Amateur.
Es que, con los dos campeones puestos, San Jorge y Americano se enfrentaron en un partido único, en cancha neutral (Atlético Sastre), que definía al ganador de una copa de campeones del año 2023 ¿Un campeón Absoluto? No, una especie de Supercopa, como las que se disputan entre los campeones de la Sudamericana y Libertadores o entre los ganadores del Apertura y Clausura de primera división de AFA.
El problema que trajo aparejada esta copa fue el nombre, ya que se trata de una definición inédita que puede confundirse con un trofeo absoluto que cuenta con una tradición en la liga. Pero, si hubiese sido un Absoluto, la liga hubiera tenido un único campeón este año y no dos, como definitivamente tuvo. Pero, nuevamente repetimos ¡No fue un Absoluto! (red flag).
En fin, la copa no tuvo nombre (hablamos en pasado porque todavía se desconoce si se volverá a disputar los años subsiguientes), pero sí apodos: “Orejona”, como se conoce al trofeo que se le otorga al campeón de la Champions League Europea por su forma, y Finalísima, como se conoció a la copa que se disputó entre los campeones de la Copa América y Eurocopa a nivel selecciones.
En definitiva, esta copa fue ganada categóricamente por los “Uruguayos” de San Jorge, que se impusieron por dos goles a cero frente a los de Carlos Pellegrini, con tantos de Nieto y Díaz.