Con la llegada de los primeros fríos el intento por calefaccionar los ambientes puede ser mortal si no se toman medidas de seguridad
Este lunes amaneció con muy bajas temperaturas y el pronóstico anticipa que toda la semana será invernal. Ante este panorama, y tras la muerte de un gendarme intoxicado con monóxido de carbono (CO) en Rosario, refuerzan las recomendaciones para prevenir envenenamientos mortales.
Cada año, un gran número de personas pierde la vida accidentalmente debido a intoxicaciones con esta sustancia, que no se puede ver ni oler y que pone en riesgo a las personas que lo respiran en niveles elevados.
El monóxido de carbono es un gas muy tóxico. Ingresa al organismo a través de los pulmones y desde allí pasa a la sangre, donde ocupa el lugar del oxígeno. Reduce entonces la capacidad para transportar oxígeno de la sangre y hace que las células no puedan utilizar el oxígeno que les llega. La falta de oxígeno afecta principalmente al cerebro y al corazón.
El monóxido de carbono se produce al quemar materiales combustibles como gas, nafta, kerosén, carbón o madera. Pero chimeneas, calderas, calentadores de agua o calefones, estufas, hornallas de la cocina y calentadores también pueden producirlo si no están funcionando correctamente, por lo que es necesario el control de estos aparatos domésticos y, sobre todo, mantener los ambientes ventilados.
Síntomas de intoxicación
Los síntomas de una intoxicación con monóxido de carbono incluyen dolor de cabeza, mareos, somnolencia, debilidad, cansancio, náuseas/vómitos, pérdida del conocimiento y/o convulsiones, palpitaciones, polor de pecho. Y se puede llegar a tener incluso un paro cardiorrespiratorio.
Autoridades advierten que muchas intoxicaciones por monóxido de carbono parecen intoxicaciones alimentarias, gripes o accidentes cerebrovasculares. En niños pequeños puede simular un cuadro meníngeo por la irritabilidad, llanto continuo y rechazo del alimento.
Ante una situación de riesgo, expertos recomiendan dirigirse inmediatamente a un lugar donde pueda respirar aire fresco, abrir puertas y ventanas. Y comunicarse a la red de emergencias 107 o concurrir al centro de salud más cercano.