Grupos de compra venta o carpooling en Whatsapp y Facebook son la versión virtual de las ferias de intercambio surgidas en la crisis del 2001
por Ruth Oitana
El trueque regresa con fuerza para intercambiar todo tipo de productos y servicios. Desde alimentos, muebles, electrodomésticos, herramientas, ropa, colchones, servicios de albañilería o electricidad y hasta para compartir viajes. En grandes ciudades surgieron nuevamente ferias barriales, mientras que en las localidades del interior provincial el intercambio y la colaboración se dan a través de las redes.
La crisis se hace sentir nuevamente con fuerza y las personas agudizan el ingenio para conseguir precios, permutar mercancías, conseguir ofertas y hasta compartir el gasto en viajes de larga distancia en autos particulares.
La realidad golpea y hace un tiempo surgieron grupos en redes sociales donde tanto personas como comercios ofrecen porductos o servicios. Incluso hay sitios donde la gente ofrece ropa o cosas que ya no utiliza a modo de donación, para que quien lo necesite pueda acceder a ellas.
En los grupos de compra-venta lo que más abunda es la oferta de comidas hechas por particulares que tratan de conseguir el dinero diario para comprar comida. Hay quienes ofrecen muebles, ropa, calzado y hasta bijouterie de segunda mano con tal de hacerse de unos pesos para “parar la olla”.
En el caso de las ferias del trueque, se demuestra que la profundización de la crisis y la caída del poder adquisitivo empuja a muchas familias a intercambiar productos o servicios, por ropa, alimentos o directamente comprar un producto muy barato. Según un relevamiento hecho por diaro La Capital de Rosario en ferias de esa ciudad, en el ranking de los más buscados están el azúcar, la yerba, el arroz, los fideos y el puré de tomates.
Hay ferias que en menos de un mes tuvieron aumentar los dìas de venta y cuentan con casi 700 feriantes y siguen creciendo a puro intercambio de productos. En estas ferias físicas existen algunas reglas de juego y no se permite la venta de medicamentos, autopartes, bebidas alcohólicas o alimentos que provengan de la ayuda del Estado.
No sucede lo mismo con las versiones digitales donde suelen ofrecerse neumáticos usados o algunos productos de dudosa procedencia.
La necesidad estaba latente, los sectores asalariados y cuentapropistas sufren en primera persona los efectos devaluatorios, la perdida del poder adquisitivo, el aumento de los impuestos y la merma de ventas. Cada semana aumenta el número de integrantes de los grupos de intercambio y especial los que invitan a carpooliar.
A carpooliar, mi amor…
Este nuevo término que se escucha cada vez con mayor frecuencia significa formar parte de una red de personas que comparten viajes en auto entre ciudades, haciendo una división equitativa de costos entre todos los viajeros o una contribución convenida. Carpoolear no es un sistema de transporte de pasajeros ni público ni privado.
Esta tendencia surgió luego de la pandemia cuando disminuyeron las frecuencias de los transportes interurbanos y aumentaron los precios de los boletos. Es un sistema solidario donde todos se ven favorecidos.