Tras la sentencia a perpetua al femicida de su hermana, Andrea Soulé contó cómo está su familia y la situación con sus sobrinos.
Por Luis Blanco
Lisandro Cabral fue condenado a prisión perpetua la semana pasada por la autoría de homicidio calificado por el vínculo y por haber sido cometido en un contexto de violencia de género – femicidio – tras asesinar a su pareja y madre de sus dos hijos Verónica Soulé (31) en el domicilio que compartían en Casas, el 17 de marzo de 2020.
Cabral la roció con alcohol y la prendió fuego con un encendedor. Esto le produjo quemaduras en el 80% de su cuerpo, pero en especial en el pecho, cuello, brazos, piernas y abdomen. Verónica fue derivada de urgencias al Hospital Provincial de Rosario y, luego de seis días, falleció.
Al momento del hecho, la policía no detuvo a Cabral, por más de que él también presentara quemaduras en su cuerpo. El primer fiscal asignado al caso fue Carlos Zopegni, quien no lo detuvo a pesar de la evidencia física y al testimonio de la mamá de la víctima, que relató el vínculo violento y de dominación que tenía sobre Soulé, cargado de violencia física, psicológica y económica. Aprovechando este “descuido”, el condenado se dio a la fuga por tres meses, hasta que fue apresado en Cañada Rosquín.
Pero, gracias a que la investigación fue tomada por la Unidad Fiscal Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual de la Fiscalía Regional 1, el caso comenzó a tomar forma. Alejandra Del Río Ayala, fiscal del caso, reunió todas las pruebas y testimonios para condenar a Cabral, aunque su defensa alegaba que Soulé se había suicidado. Así, el pasado martes 16 la familia de Verónico pudo gritar “justicia”, pese a no tenerla más físicamente entre ellos.
El proceso
“Fueron días eternos. El fin de semana no pasaba más para conocer la sentencia. Y luego fue todo tan rápido que se originó una mezcla de sensaciones que no se puede describir. Sentía tristeza y, al mismo tiempo, felicidad y alegría porque se hizo justicia”, dijo Andrea Soulé, la hermana mayor de Verónica.
Expresó lo difícil que fue el proceso de investigación en el contexto inédito de la pandemia covid-19, “Fue muy duro porque al principio el fiscal no quería investigar. Se encajonó con la teoría del suicidio, en lo que él -el femicida- contaba y nada más. Para colmo comenzó la pandemia. No podíamos salir de casa y eso no nos permitía avanzar. Incluso, hasta para traer el cuerpo de mi hermana fue un gran sufrimiento para toda la familia. No nos dejaban viajar a Rosario, entonces lo trajeron en un coche fúnebre hasta la entrada, otro lo trasladó hasta el cementerio. No permitían que saliéramos de casa y teníamos dificultades para tramitar la documentación. Nadie quería ayudarnos, fue muy duro”, remarcó.
Las hermanas de Verónica, Andrea, Liliana, Sol y la hija de una de ellas, Malena, batallaron junto a Graciela -la madre- para que se investigue cómo ocurrieron los hechos. Desde el comienzo de esa lucha, las integrantes de la agrupación Mumalá del departamento San Martín se hicieron cargo de contener, acompañar y conseguir asesoría para llegar a la verdad. Luego se sumaron más voces para pedir que se investigue en detalle qué pasó aquella noche en la humilde vivienda de la localidad de Casas. “Ahora nos sentimos muy agradecidas con todas las agrupaciones, con las familias, los medios de prensa, las abogadas y la fiscal. Se portaron diez puntos y así logramos que el caso llegue a buen final”.
Por eso, Andrea afirmó y consideró que el punto clave para que la investigación comience fue “el ruido” que se hizo a través de los medios, las redes sociales y la insistencia de las organizaciones feministas. “Creo que sin el empuje de toda la gente que ayudó nos hubiéramos tirado a llorar. Pero siempre había alguien que nos recomendaba no bajar los brazos, nos alentaba y no nos dejaba caer”.
La condena
Andrea también contó las sensaciones de Graciela, la mamá, expresando que “ella sintió alivio porque la Justicia actuó después de tantas cosas que tuvimos que pasar. Todo se hizo muy largo, fue muy pesado llevar adelante esto en momentos que nadie nos escuchaba. Todo lo contrario, nos ponían piedras en el camino. Pero juntamos fuerzas por la memoria de Vero y continuamos juntas tratando de que se hiciera justicia”.
“Ahora seguramente tendremos algo de paz porque el asesino de mi hermana no está libre y disfrutando la vida que a ella le quitó. Pero además somos conscientes de que por más de que él esté preso toda la vida, a mi hermana no nos la devuelve nadie”, dijo Andrea, luego de conocer la decisión de los jueces Nicolás Falkenberg, Sandra Valenti y Luis Octavio Silva.
La batalla sigue
La familia de Verónica continúa con el trámite judicial, pero para reclamar la revinculación de Candela y Benjamín, los hijos de Verónica que actualmente tienen 14 y 11 años respectivamente. Ellos quedaron al cuidado de los abuelos paternos en Cañada Rosquín y, según afirma Andrea, “tienen una versión de la historia manipulada”.
Al respecto, la mujer explicó que “pedimos la revinculación porque sabemos de las versiones que ellos escucharon y que no será un proceso fácil. Vamos a necesitar que actúen psicólogos y los profesionales que se necesiten, pero nuestra intención es que sepan la verdad porque a los chicos les contaron una versión distorsionada. A tal punto que no me quieren ver desde que aparecí en los medios reclamando justicia por la muerte de su mamá. En primer lugar, los pusieron en mi contra, luego de mi mamá y después de toda la familia”.
Andrea contó que es madrina de Benjamín y los pequeños compartían junto a ella y su familia todos los días: “Los chicos estaban todos los días en mi casa y es muy raro que, de un día para otro, no nos quieran ver más. Ellos no tienen maldad y solo manejan lo que le inculcan los grandes”, explicó. “Durante los últimos tiempos nos abocamos mucho a la causa de mi hermana y no tanto a la otra, pero ahora pondremos toda la fuerza para que puedan estar tranquilos y vivir en un lugar mejor. No en un hogar con violencia. Ahora nos aplicaremos a esa causa y tenemos la esperanza que avance más rápido, por el resultado que tuvo el juicio por la muerte de mi hermana y porque el juez que falló allí pidió que la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia se aplique y resuelva sobre el caso”, dijo y concluyó: “Nos alegró el hecho de que el juez se ocupe de invocar a quienes deben actuar para revincular a mis sobrinos”.