En estos últimos días, la inquietud por la inseguridad en Cañada de gómez, volvió a movilizar el arco institucional. El viernes 10 de marzo el Cosejo de Seguridad Ciudadana convocó a una reunión por la preocupación que genera la escalada de violencia en Rosario y zona.
Por Quique de María
Minutos antes el Bloque UCR había presentado en el Concejo Deliberante un proyecto de Resolución donde se solicita al gobierno provincial un Plan Integral de seguridad para la ciudad, que no se piensen soluciones exclusivas para el departamento Rosario y La Capital.
La semana pasada, vecinos de la zona rural emitieron un comunicado que hicieron público para advertir sobre su preocupación debido a la creciente ola de delitos. En el mismo escrito citan a una reunión con las diferentes autoridades para el día miércoles 22 a las 8,30 hs. a Casa del Bicentenario.
Ninguna de las situaciones detalladas, constituyen un escenario desconocido para esta comunidad. Sin embargo, suele ocurrir que en determinados momentos, algunos sucesos activan un mayor despliegue e inquietudes de parte de las diferentes instituciones y también moviliza a los habitantes en general.
El día 15, por ejemplo, se llevó a cabo una nueva apertura del Buzón de la Vida, y se encontraron 46 sobres, número que supera bastante el promedio habitual. Aunque es difícil saber los motivos, ya que se trata de de denuncias individuales y anónimas, coincide con el panorama de un acrecentamiento en las preocupaciones mencionadas.
Cuando el río suena
Es consabido que el delito es una problemática que se ha instalado en los últimos años como uno de los principales malestares sociales. Que es tema obligado de las agendas políticas de manera transversal y que es uno de los tópicos más repetidos de las conversaciones cotidianas. Se sabe que Rosario es una caja de resonancia para una vasta región que nos incluye, y que en los últimos tiempos volvió a tener un fuerte rebote en los medios porteños, comúnmente llamados: “nacionales”. Entonces, la situación que de por sí es a todas luces alarmante, se amplifica. Es habitual observar la manera en que aparece un plus de inquietud generalizada al compás de la repercusión en las noticias rosarinas.
Es común que surja en los referentes de la sociedad, la necesidad de dar la voz de alarma y de comunicar que se necesita tomar recaudos ante la potencial llegada de modalidades delictivas ajenas a estas geografías. Estas, aún no se han hecho moneda corriente ni mucho menos. Tampoco es que deba descartarse. Pero es menester procurar una comunicación equilibrada a los efectos de no generar un mayor grado de sosobra de la que ya existe entre la población.
También es frecuente escuchar a especialistas en la materia, manifestar a cerca del potencial efecto de desplazamiento de las organizaciones criminales ante el caso de ser reprimidas en otros lados. Si además tenemos en cuenta que últimamente volvió a promocionarse de manera considerable el envío de más fuerzas federales, y si sumamos a este cóctel el hecho de que permanentemente se promociona a Gendarmería y sus similares como la solución óptima para resolver o cuanto menos amortiguar gran parte del drama, resulta difícil no deducir la inminente migración del delito.
Escuchar todo
En la reunión del Consejo de Seguridad antes mencionada, uno de los temas más destacados que se abordaron fue el análisis de las estadísticas y la decisión de avanzar en la elaboración de un mapa del delito. Al cierre del encuentro, Luís Leiva, Coordinador de Seguridad Ciudadana municipal nos manifestó entre otras cosas: que instaba a las víctimas de los ilícitos a realizar las denuncias para mejorar las estadísticas y las investigaciones, anunció la
incorporación de nuevas cámaras, apuntó sobre la importancia de haber recuperado fiscales y la importancia de la posible apertura de una fiscalía federal en la ciudad. Mientras que en el mismo diálogo, el Presidente del Concejo deliberante, Marcelo Casalegno deslizó que conforme el informe estadístico presentado, se observa que ha decrecido el número de delitos locales, y que su forma no ha mutado, que sigue observandosé el tipo de ilícitos típicos de esta ciudad. Claro que siempre es posible argumentar que prevenir es anticiparse Una expresión genérica pero difícil de refutar.
No es que apuntemos este contraste como producto de una incongruencia. No puede descartarse que se trate decontradicciones lógicas dentro de una situación desbordada que no sugiere ninguna salida real desde hace un largo tiempo hasta el presente.
Asistimos permanentemente a aseveraciones al borde de un sofisma. Por un lado se anuncia con exagerado optimismo la llegada de fuerzas nacionales, con el mismo énfasis con que se denuncia a algunos de sus miembros como protagonistas de hechos criminales. Si a eso se le suma la frase replicada hasta el cansancio de que la solución es política (y el reduccionismo habitual que se hace de la política es que esta se circunscribe estrictamente al limitado estamento de los representantes) pero al mismo tiempo asistimos a situaciones procesales de funcionarios, y si le añadimos todas las acusaciones cruzadas en los medios y redes que involucran a un gran número de funcionarios y/o figuras políticas de diferentes sectores; todo arroja como resultado una sensación extendida de que caminamos por un terreno forzosamente cenagoso.
El problema existe, no es una puesta en escena. Lo que sí se evidencia que es objeto de una comunicación ruidosa al extremo. Un escenario relatado de tal forma genera la sensación de que todo es posible, que es casi lo mismo que decir: “que nada es posible”. Esto último trasmite una deseperanza ineluctable.
Más que escuchar
Llegamos al miércoles 22 de marzo cuando se concretó el encuentro con las autoridades solicitado por los productores agropecuarios. Contó con la concurrencia de un nutrido grupo de vecinos y con bastante presencia de las distintas entidades: la intendenta y el coordinador del Consejo de Seguridad Ciudadana, el senador departamental, miembros del gabinete municipal, algunos concejales, autoridades de la Unidad Regional X (URX) y brigada rural Los
Pumas, cooperadora policial, Centro Económico y Fundación para el desarrollo de Cañada de Gómez (FUDECA).
Para no apartarnos del eje central de la nota, ofrecemos acá una síntesis de los principales conceptos vertidos por los protagonistas. Desde el Consejo de Seguridad: se destacó una vez más que los datos estadísticos indican que el delito no aumentó, también se resaltó el tema recurrente de la escasez de recursos en general. En este punto se puso el acento en las carencias de personal de la Fiscalía por un lado y por el otro, las de la brigada rural Los Pumas (cuentan con 2 patrulleros y 13 efectivos para todo el departamento Iriondo). Ambas instituciones son materia recurrente en este Consejo desde hace años, más allá de algunos
cambios que van experimentándose en dichas reparticiones. En otro orden de cosas, se les solicitó a los presentes que se involucraran de manera colaborativa en lo que hace a la prevención del delito y también se los invitó a que comiencen a participar de las reuniones del Consejo de Seguridad, organizándose en torno a sus entidades como ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas) y AFA (Agricultores Federados Argentinos).
De parte de los productores se escucharon fuertes voces de reclamo. Destacaron que la seguridad es un derecho y que es poco lo que ellos podían hacer desde su desconocimiento en la materia. Una productora solicitó a viva voz que no terminara todo el reuniones con un alto impacto social pero sin resultados o soluciones concretas. Consultamos con algunos de los productores sobre la invitación para comenzar a participar, ninguno lo negó pero tampoco aseguró que lo haría.
Destacamos una voz que durante la reunión pidió catgóricamente que las instituciones se sinceraran y manifestaran exactamente la real situación, incluídas las imposibilidades.
De comunicación más o menos clara es de lo que venimos hablando desde
el título de esta columna.
