Por Miguel “Tucu” Medina
Seguimos por la ruta 9. Un camino nos invita a descubrir sus historias. Llegamos así a Cerro Colorado, en el norte cordobés. Sentados, usando de respaldo al mismísimo cerro un sexagenario que nos cuenta que es jueves y que, en una localidad llamada Caminiaga, se festeja el Día de la Virgen de la Candelaria.
Salimos por un camino de montaña y, apenas nos internamos en él nos recordó a la fisonomía de un camino entrerriano con tierra colorada y palmeras. Llegamos a la localidad y nos sorprendió un mural que muestra todas sus bellezas. Fue diseñado en el marco del Camino de los Pintores, ejecutado por Ariel Ramos, originario de Dean Funes.
Después cruzamos la plaza principal para ser recibidos por el intendente, Sandro Celsio, quien nos contó que la fiesta comienza el 24 de enero con el homenaje a la virgen y el inicio de una novena. El rosario de aurora se reza a las 6 en el templo que data del 1800.
Es tradición que en esas noches resuenen en el pueblo chamamés alternados con cuartetos. En esta edición el cierre estuvo a cargo de Los Hermanos Mattar y de artistas locales. Para sorpresa de muchos, el desfile de gauchos superó las expectativas de concurrencia. Jinetes y corceles ataviados para la ocasión.
Ese mismo día, la agrupación tradicionalista Gauchos Virgen de la Candelaria cumplíó 50 años y homenajeó a los fundadores Osvaldo Contreras, Gabriel López, Silvio Saires y Ramón Córdoba, así como los que siguieron con la tradición. Ellos son los anfitriones de los 300 gauchos de la zona que llegan para acompañar y a desfilar por las calles de la localidad.
Son, además, quienes se encargan de traer a la virgen de Lourdes durante la Procesión de Antorchas, que consiste en ir a buscar a la virgen de Lourdes al oratorio “Las Grutas” para que acompañe a la virgen de la Candelaria durante su celebración. Se reza misa en el oratorio y, durante la procesión se detienen para rezar las estaciones del Rosario.
En el cementerio local se detienen para pedir por todas las almas, en la vivienda de ancianos o enfermos para que tomen gracia. En la comuna, en la escuela, o en la residencia Gabriela Mistral también rezan para agradecer y luego, cuando hasta que de arriba del campanario se observa que se acerca la procesión, repican las campanas para anunciar la visita de la virgen de Lourdes a la virgen de La Candelaria.
Nos encantó también una casa de campo en la que nos recibieron para mostrar todas las costumbres y tradiciones de la región. Disfrutamos desde allí de travesías en cuatriclos, en 4×4 y en competencias de destreza criolla.
En el recorrido nos hicimos amigos de Nelson Córdoba, hijo de uno de los gauchos iniciadores de la agrupación local, quien nos acompañó para recorrer y conocer las bondades de su hermoso pueblo.
Ya en el escenario, comenzaban a desplegar los artistas. Personalmente me sorprendió al finalizar un video en la pantalla gigante de las obras que se están realizando en este lugar. Le gente aplaudió de pie y un señor comentó al pasar: “El corazón de nuestro pueblo con la gestión de un increíble ser humano, totalmente admirado, disfrutando cada espectáculo sobre el escenario y así, continuamos hacia el próximo destino.