La medicina de La India, el Ayurveda, propone una serie de cuidados específicos para esta estación
Por Chama M. Nóbile
Ya pasó más de un mes desde el inicio del otoño, los días se fueron acortando y el calor que nos acompañó hasta el final de abril ya empezó a ceder paso al clima ventoso y frío. Las hojas de los árboles que hasta hace un par de semanas se resistían a caer, de pronto pasaron del verde al amarillo y ya forman hermosos colchones sobre las veredas y calles. Y aunque el cambio climático confunda a todas las especies en lo que parecía una primavera equivocada, es tiempo de preparar el cuerpo para enfrentar los avatares del invierno.
La naturaleza se ralentiza, la energía de los animales y las plantas cambiaron y nuestros cuerpos también entran en estados más remolones y menos activos. Si bien en todas las culturas ancestrales el otoño se toma como un tiempo de recogimiento y disminución de las actividades, para la milenaria medicina de La India, el Ayurveda o (ciencia-conocimiento de la vida), el otoño representa la estación que acrecienta lo que se conoce como el Vata Dosha.
Para el Ayurveda las personas se clasifican de acuerdo al tipo de dosha o tipo físico que domina su organismo y que se rige en base a algunas características fisiológicas y otras que tienen que ver con gustos, personalidad y formas de encarar la vida. Se clasifican en tres grandes doshas: Vata, Pitta y Kapha. En cada persona por lo general predomina uno o dos de estos tipos físicos, aunque los tres doshas en mayor o menor medida, conviven en todas las personas. Cuando alguno de ellos se acrecienta o disminuye, se considera que existe un desequilibrio que, si no es corregido, puede llevar a la enfermedad.
En otoño, el Vata Dosha se hace presente con sus cualidades del aire y del éter. Sus características son frío, seco y ventoso irregular y en movimiento. Por eso es momento de modificar nuestras rutinas y especialmente los alimentos que consumimos y las formas de preparación.
Seres cíclicos
Somos seres cíclicos con el universo y con la naturaleza. La energía del momento es la nuestra también y saber adoptar las rutinas adecuadas, nos permite atravesar cada estación de manera saludable para poder disfrutar el momento y no enfermar.
En un modo bastante simple para contextualizar a esta medicina que tiene más de cinco mil años, lo que Ayurveda plantea es que “lo igual aumenta lo igual y lo opuesto lo disminuye”. Por eso es tiempo de dejar los estímulos fríos, secos, inestables como pueden ser las ensaladas, los alimentos crudos y las bebidas frías, para conectar con lo que en verdad necesitan nuestras materias cuerpo y mente.
Para lograr estabilidad en esta época del año y así fortalecer el sistema inmune, que requerirá esfuerzo durante el invierno, debemos buscar la serenidad y el equilibrio a partir del consumo de alimentos reconfortantes y cocidos, como sopas, guisos, salteados, compotas de frutas, infusiones y tisanas.
Entre los condimentos y especias que colaboran con mantenernos tibios y abrigados, podemos echar mano de la canela, la pimienta y el clavo. Es fundamental mantener horarios regulares, no saltear comidas en especial al mediodía. Los sabores dulces y picantes también ayudan a calentar el cuerpo.
Es necesario además, mantener las rutinas de ejercicio para proporcionar calor al organismo. Se recomienda la ingesta de agua tibia y los masajes con aceite de sésamo en pies, cuerpo y cabeza.
Seguir estas rutinas permitirán al cuerpo tener la fortaleza y resistencia necesarias para contrarrestar el frío y las enfermedades y acrecentarán la energía vital.
Para resfríos y fortalecer defensas
En esta época los bálsamos y las infusiones se vuelven protagonistas, así como los linimentos que pueden prepararse en forma casera con las plantas y las hierbas aromáticas del jardín de casa.
Un linimento muy conocido para favorecer la circulación de las piernas y disminuir dolores está hecho a base de romero y cola de caballo macerados en alcohol (puro o de cereal) durante varias semanas. Es una de esas “recetas de la abuela” que también puede combinar plantas como el eucalipto y el alcanfor para favorecer la liberación de las vías respiratorias que tienden a acumular mucosidad.
Para las contracturas musculares que empiezan a aparecer con los primeros fríos, es bueno frotar estos linimentos o los ungüentos que se pueden preparar con las plantas mencionadas, pero vehiculizadas sus propiedades a través de aceites vegetales y ceras. Estos ungüentos se pueden aplicar según necesidad, en diferentes partes del cuerpo como pecho, sienes, pies, hombros y espalda.
La piel de la cara y los labios, así como las manos, que son las partes del cuerpo que están más expuestas, sufren con el viento y se resecan. Para estos casos, los productos oleosos como los sérums o los que están fabricados a base de mantecas vegetales (cacao o karité) como los bálsamos y cremas densas, son los que debemos elegir para proteger la piel y reparar el daño.
Infusiones todoterreno
Finalmente, para quienes sufren mucho dolor de garganta o resfriados, hay dos preparaciones ayurvédicas que proporcionan bienestar, desinflaman tejidos, fortalecen el sistema inmunitario y mejoran la calidad digestiva y el sueño.
Uno de ellos es una infusión a base de pimienta, clavo de olor, raíces de jengibre y cúrcuma, miel y limón. Primero se hierven varios granos de pimienta y clavo. Se deja reposar unos minutos, se cuela y se le agrega una cuharadita de cúrcuma molida (utilizar menos si se tiene problemas biliares o de hígado), otra de polvo de jengibre o un pedacito de la raíz fresca (no usar en caso de tomar medicamentos para la hipertensión). Cuando ya está tibio se le agrega la miel (nunca agregar la miel a la mezcla hirviendo o cocinarla ya que la vuelve tóxica) y unas gotas de limón. Se pueden tomar hasta cuatro tazas al día de este preparado que hará magia en gargantas irritadas.
Otra preparación ayurvédica es la “leche dorada” o “leche de oro” que lleva ingredientes similares. Su preparación es un poco más elaborada, pero también es sencilla. Se recomienda su ingesta nocturna para los Dosha Vata y Pitta y por la mañana para Kapha.
El ingrediente principal de esta receta es la cúrcuma. La cúrcuma contiene curcumina, cuyo componente activo principal es el polifenol, que manifiesta innumerables beneficios para la salud. Entre sus cualidades incluyen propiedades antioxidantes, anti-inflamatorias y anti- cancerígenas.
Beneficios y propiedades de la leche dorada: Antiséptico y analgésico. Mejora el funcionamiento del sistema inmunitario. Ayuda a mantener los niveles de colesterol. Promueve la salud digestiva. Desintoxicante del hígado. Regula el metabolismo y el control de peso. Disminuye la presión arterial alta. Favorece la memoria y la función cerebral. Es buena para diversas enfermedades de la piel y los trastornos neurológicos. Disminuye los triglicéridos.
La combinación de pimienta negra junto con la cúrcuma ofrece un efecto sinérgico entre ambas que mejora la biodisponibilidad de la curcumina 1.000 veces, debido a la “guna” o cualidad caliente de la pimienta negra, la piperina.
Receta Ayurveda de Leche de Oro
Fase 1: Elaboración de la pasta de cúrcuma Ingredientes: 1/4 taza de cúrcuma en polvo; ½ cucharadita de pimienta negra molida. 1/2 taza de agua filtrada
Pasos: Mezclar todos los ingredientes en una pequeña cacerola (no de aluminio). Calentamos a fuego medio mientras removemos constantemente hasta que la mezcla se convierta en una pasta espesa. Para esto no hace falta mucho tiempo por lo que es necesario que estemos atentos al proceso. Dejamos que esta mezcla se enfríe y luego la guardamos en un pequeño frasco en la heladera.
Fase 2: Elaboración de la leche de Oro. Ingredientes: 1 taza de leche de coco o almendras (también puede ser de vaca); una cucharadita de aceite de coco; 1/4 cucharadita o más de pasta de cúrcuma; miel.
Pasos: Combinamos todos los ingredientes, a excepción de la miel en un recipiente al fuego. Bajamos el fuego a intensidad media. Debemos calentar bien la mezcla agitando constantemente, pero sin que llegue a hervir. Una vez acabado y entibiado podemos agregar miel al gusto. Tomada por la noche antes de acostarnos nos asegurará un sueño tranquilo y muy reparador.