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Avistaje de aves y especies en el Espacio Educativo al Aire Libre de Estación María Juana

A través del proyecto Un Mundo de Alas y Plumas, invitan a instituciones educativas de distintos niveles y público en general a participar de las recorridas.

Por Romina Alberto

Una propuesta educativa que emana desde el Centro Educativo Rural (CER) 337 y Espacio Educativo al Aire Libre (Eeal) de Estación María Juana, en el departamento Castellanos, propone a los alumnos de los distintos niveles educativos de las escuelas que conforman la Región VIII de Educación, la visita a sus instalaciones para realizar avistajes de aves y especies animales y vegetales que conforman el ecosistema de la zona.

La escuela rural que albera este espacio, también es un centro campamentil y está ubicado a unos pocos kilómetros de la localidad de María Juana. Concretamente se encuentra en Estación María Juana, un lugar que en su momento y con la llegada del ferrocarril estaba muy poblado, pero que se fue quedando sin gente con el correr del tiempo.

La escuela permanece en pie y a pesar de tener una matrícula muy inestable continúa trabajando y sumando esta nueva modalidad de aprendizaje. Al respecto, El Impreso del Oeste dialogó con la directora del establecimiento, Julieta Gómez.

“Venimos con una consecuencia del Covid que nos dejó de cero alumnos. el año pasado tuvimos que reinventar este modo de educar y de utilizar el espacio de la escuela ya que nos quedamos sin chicos, entonces se generó todo una movida de propuestas con proyectos relacionados a los contenidos que el ministerio ofrece por grado y por niveles con el medioambiente ya que estamos en una zona que nos ofrece este espacio al aire libre, ideal para la oportunidad de educar”, cuenta la directora del establecimiento Julieta Gómez. 

Este año hubo un reingreso y actualmente el CER cuenta con una matrícula de tres alumnos que asisten a la escuela lo que posibilita seguir trabajando desde la institución y también desde este espacio que se denomina EEAL, Espacio Educativo al Aire Libre. 

En nuestra provincia existen los Centros Campamentiles y Espacios Educativos: “somos siete, este es el único que pertenece a la Región Octava de Educación y es una oferta ideal para que todas las escuelas de todos los niveles vengan a este lugar a realizar proyectos educativos”. 

Desde la propia institución convocan con proyectos propios y reciben también propuestas de escuelas de la zona que quieran visitar este espacio y utilizarlo como un aula al aire libre.

“Nos estamos adaptando a este nuevo sistema, nuestra idea es invitar y convocar a las escuelas de diferentes niveles para que se animen a venir a habitar este espacio y realizar proyectos con una fundamentación pedagógica, utilizando los contenidos que tenemos que brindar en todos los niveles trasladándolos a la defensa del ambiente, a la protección del medio”. 

Después de haber trabajado años anteriores con los árboles, la conservación de especies y la importancia de los mismos; éste año toma como eje central el AVISTAJE de AVES:  “Redactamos un proyecto anual que se llama “Un Mundo de Alas y Plumas” y estamos maravillados con todo lo que se puede aprender en relación a las aves cuenta;  partiendo del momento del año en el cual hacen su nido, conocer como es la reproducción, su alimentación, los diferentes tipos de aves según su pico, su cola,  sus plumas, cada pluma tiene una función determinada dentro de la estructura del ave; es un mundo fantástico que desconocemos y que al mostrárselo a los alumnos, descubrimos una posibilidad de educar a través de este disparador.” 

Club de Observadores de Aves

Como colaboradores en este proyecto sumaron a integrantes del COA, Club de Observadores de Aves, estos clubes están en distintos lugares de la provincia y tienen actividad, convocando a gente que esté interesada en conocer más sobre las aves, es así que docentes, jubilados, curiosos, adolescentes, todos los que tengan ganas de interiorizarse en el mundo de las aves pueden sumarse.

“En nuestro caso tomamos contactos con dos COA; El Espinal del Bajo, que está cerquita de San Francisco y con el Calandria que es de Rafaela. Lo hicimos desde las redes, llegamos a ellos a través de un supervisor de tecnología que pertenece a un COA y descubrimos que en María Juana tenemos una profesora de Biología que es Macarena Delsoglio que pertenece a uno de ellos y es así que nos brindaron sus elementos para visualizar las aves y sus conocimientos sobre el tema. Los invitamos a visitar la escuela y nos trajeron binoculares, lentes de aumentos y cámaras fotográficas increíbles que toman imágenes que parecen postales de un libro y gracias a eso descubrimos que tenemos: palomas torcazas, un ave que se llama milano blanco, carpinteros, horneros, cachalotes, benteveos,  golondrinas, calandrias, chingolos, cardenales, colibríes, bracita de fuego y tantas otras; que nosotros no reparábamos nunca en eso, porque para nosotros  todos los pajaritos eran iguales; pero cuando nos ponemos a observar y miramos realmente, nos damos cuenta que el pico es diferente, el color del plumaje, la forma de moverse; hay aves que en el suelo lo hacen a través de saltitos, otros prácticamente no tocan el piso y otros sí, porque se alimentan de gusanitos y hasta tienen tipos de alimentaciones diferentes y estamos fascinados con todo lo que descubrimos.

Tenemos el bosque de eucaliptos, una gran plantación que vemos en la mayoría de las estaciones de trenes, esta planta permite que las loras hagan los nidos mucho más alto  y esto hace que quienes eran depredadores de las loras no las puedan comer porque no llegan a atraparlas;  por lo tanto tenemos una superpoblación de loras; pero también observamos que llegan los caranchos que sí vuelan alto, son aves rapaces que no eran originarias de este lugar, ellos vienen a la mañana temprano a comerse los pichoncitos de las loras; nosotros lo vemos cuando izamos la bandera con los chicos, hay un silencio tremendo y es porque seguramente hay caranchos dando vueltas, a media mañana  cuando los chicos salen al desayuno es ensordecedor el sonido de las loras y ya no hay caranchos dando vueltas. Todas esas cosas las vamos aprendiendo y vivenciando y eso es lo que nos interesa.”

Censo de aves

En el marco de todo este aprendizaje se suma también el mundo de la informática ya que a través de un programa que se llama GoBird cuando se hace un avistaje como lo que se realizan en este proyecto, mediante la conexión satelital, esta aplicación indica y chequea todo lo que se está visualizando: “vimos un halcón, que no es común en esta zona, la profesora le toma una foto, se conecta con esta aplicación y  desde el satélite ellos chequean que la foto es real, que es tomada en este  punto cardinal del cual la enviamos y la toma para el censo de aves  de la República Argentina, entonces de esta forma también aportamos al seguimiento y al censo de las aves que habitan los diferentes sectores del país.” 

Del terreno al aula

El trabajo del docente es volcar todo este descubrimiento del mundo de las aves a las asignaturas con las que se trabajan diariamente; “desplegamos todo el contenido en las asignaturas  ya que trabajamos matemática con las distancias del vuelo, con problemas en relación a la alimentación, distancias que tienen que recorrer; trabajamos ciencias sociales y geografía  viendo que especies son características de cada lugar de Argentina; lo hacemos con dibujo y plástica con la observación, perspectiva y dibujo de lo que los chicos visualizaron; tecnología para generar unas libretas especiales para lograr un registro de todo lo que los chicos están haciendo; en lengua, redactando historias, buscamos leyendas de la aves; entre otras cosas.

Invitación

Desde el CER y el EEAL, invitan a las escuelas y a la gente que quiera acercarse a vivir esta experiencia con las aves,  “cuando realizamos el avistaje, les mostramos las aves que tenemos en Estación María Juana, invitamos a la gente del COA y vienen nos prestan sus elementos de trabajo que son por cierto muy valiosos, pero ellos están fascinados con esto que descubrimos; sostienen que de esta manera se concientiza, sobre todo a los niños y los transformamos en protectores de aves; porque les hacemos sentir la importancia de conservarlas en su lugar. Aquí vemos algunas aves exóticas que no deberían está acá porque no es su clima, pero la naturaleza y el clima lamentablemente están tan intervenidos por la mano del hombre que las encontramos aquí.”

El funcionamiento es de esta manera: quienes quieran utilizar el espacio educativo al aire libre, se comunican con la escuela a través del correo electrónico, desde las redes sociales o teléfonos;  la escuela que quiera acercarse y tiene un proyecto propio con sus docentes; elige la duración, puede ser de una mañana, de 7 a 12 horas o puede ser por la tarde si la escuela es turno tarde o puede ser jornada completa desde las 7 horas hasta que se pone el sol y si quieren sumarse al avistaje de aves, nos avisan y otra de las  actividades propuestas es la recorrida en el monte. 

“Nosotros intervenimos el monte con senderos y caminos para hacer un senderismo y no alterar la naturaleza, esquivando los árboles, de paso vamos también nombrando las diferentes especies que hay dentro del monte, entonces también vamos aprendiendo sobre las características de los árboles que están ahí. Es optativo, cada escuela elige si quiere o no hacer el recorrido y el avistaje; es como una oferta que tenemos desde nuestra institución este año; pero pueden venir a hacer cualquier otra actividad relacionada con el medioambiente que la escuela disponga. Eso lo hablamos, lo pautamos, intercambiamos proyectos; la idea es generar lazos interinstitucionales, entre los distintos niveles.

La invitación se hace extensiva ya que es una linda actividad para la gente que tiene tiempo libre, adultos mayores, docentes, directoras, los padres. Se realizan las jornadas campamentiles se pueden realizar con carpas, por la noche, todo es gratuito, las instalaciones están preparadas con baños con duchas, agua caliente; las instituciones que quieran venir y no son educativas, pueden hacerlo también y utilizar este espacio los fines de semana y generamos una nueva actividad, disfrutando del medio ambiente.

La educación va cambiando, cuesta mucho desestructurarla, hay docentes que se resisten a salir del aula, a sacar a los chicos, a motivarlos, a inspirarlos y por supuesto hay miedo a lo desconocido; pero puedo asegurar, cuenta Julieta, que se puede educar sin estar encerrados en cuatro paredes, cuesta mucho salir del formato tradicional de escuela; por eso se generan todos estos proyectos y programas. Nosotros tratamos de tener estas propuestas, atractivas, divertidas y que también educan; estamos fascinados con esta nueva forma de dar clases. La oferta es súper amplia, podemos fusionar educación, sociedad, defensa del medio ambiente, se disfruta de la naturaleza, nuestro ecosistema,” cierra.

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