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Vicu Robino: “Me dijeron que del arte o la moda no iba poder vivir”

Entrevista a la joven artista, diseñadora y empresaria Victoria Robino (28), dueña de su propia marca, que emigrará la próxima semana rumbo a México para perseguir sus sueños

Por Manu Abuela

Abrirse camino en el mundo del arte y el diseño no es fácil. Mucho menos para una persona del interior, a quien las pasarelas y vidrieras más conocidas le quedan a kilómetros y kilómetros de distancia de su hogar. Para lograr el objetivo de llegar a la cima, se deben sortear muchos obstáculos y también dejar muchas cosas en el camino: amigos, familia, proyectos. Todo ello para perseguir un sueño, entendiendo que el sabor dulce llega después.

Hoy conocemos la historia de Victoria Robino, diseñadora y artista, dueña de su propia marca de ropa llamada “Victorika”, reconocida en todo el país y radicada en Rosario. La joven se especializa en la intervención y customización de prendas, poniéndoles su impronta personal. “Le vuelvo a dar vida a ciertas prendas como pantalones, camperas, lo que sea. Las pinto a mano con diversos materiales y las renuevo. Eso es a lo que más me dedico. Uso mucho brillo, cadenas, cordones, tachas, apliques. Por eso es que me buscan, porque hago prendas únicas”, dijo Victoria a El Impreso del Oeste.

La próxima semana se irá a vivir a Playa del Carmen, México, para continuar con su objetivo de instalar su marca ya no en el país, sino en el mundo entero.

La joven contó a este medio el camino cuesta arriba que debió transitar y las decisiones difíciles que tuvo que tomar para hoy poder afirmar que se encuentra en un momento de su carrera que soñó desde pequeña. Como dijo la negra, “tarda en llegar, pero al final hay recompensas”.

Influencia

Nacida en Carlos Pellegrini y crecida en San Jorge, “Vicu” -como le gusta que le digan- pasó sus primeros años de vida junto a su mamá y a su abuela materna. “Fue una infancia muy buena a pesar de las carencias. Siempre fuimos una familia súper humilde. Mi mamá quedó embarazada de muy joven, a los 18, y al principio tuvo que trabajar para mantenerme, por eso compartí mucho con mi abuela”, contó.

Su influencia en el arte la recibió de su tía-abuela y de su mamá. Como ella dijo “la tía de mi mamá hacía vestidos de novia y, antes de que nazca mi hermana, íbamos los fines de semana a su casa. También mi mamá siempre fue artista, pintaba a mano, nos hacía la ropa. Todo esto me influenció para tener esta pasión por el arte”.

“En la escuela, cuando me preguntaban qué quería ser cuando sea grande yo respondía diseñadora de modas. Me siento una privilegiada por eso”. Tanto por sus referentes como por su forma de ser, Victoria se trazó metas desde pequeña ligadas a ser reconocida por lo que más amaba: la ropa. Y hoy, al alcanzarlas, siente esa satisfacción única: “es un mimo a mí misma ver que pude lograrlo”, contó.

En la edad de la rebeldía comenzó a explorar y a buscar su propio estilo.“Nunca fui muy normal a la hora de vestirme, iba en contra de la moda. Por ejemplo, en los cumples de 15 yo caía con otro look, mientras todas usaban vestidos con lentejuelas yo iba de jeans y zapatillas”, afirmó.

Y por eso decidió dar el primer paso y aprender costura. “Daiana Gamarra – otra sanjorgense- estaba estudiando diseñadora y me dio clases. Y de ahí empecé a hacerme mi ropa. Aprendí costura y moldería”.

Formación

“Cuando terminé la escuela me enfrenté a mi primer reto, porque la carrera de diseño de indumentaria era privada y el único lugar gratuito era en Buenos Aires, pero yo no tenía posibilidades de ir para allá”, expresó Vicu. Por esa razón, pensó en carreras alternativas relacionadas con el arte y el diseño, como diseñadora gráfica, con el objetivo de poder encontrar una salida laboral y luego, con ese dinero, pagar la formación en diseño de modas. Pero le esperaba una grata sorpresa.

“Iba a inclinarme por diseño gráfico. Después de analizarlo, por dentro sentía que no era lo que me iba a llenar pero no iba a exigirle a mi familia algo que no podían y pensé que me iba a adaptar. Cuando les comenté que iba a estudiar esa carrera me dieron la noticia de que iban a hacer el esfuerzo y bancarme en Santa Fe para estudiar diseño y producción de indumentaria. Esa fue una etapa muy difícil para mi mamá, aunque nunca me lo hizo notar ”, recordó Robino.

Otro obstáculo se asomaría cuando, ya diplomada y con pocas materias para recibirse de técnica, Victoria decidió dejar de estudiar por problemas con su casa de estudios. Por eso, su mamá le expresó que económicamente ya no podía seguir sosteniendo su estadía en la capital de la provincia y Victoria regresó a vivir a su hogar. “Yo en ese momento, siendo chica, no pensé en buscarme un trabajo y mantenerme allá, simplemente me volví pensando en ahorrar e irme a vivir a Rosario, que fue el lugar donde siempre quise vivir porque estaban todos mis amigos, las facultades más copadas, más público para lo mío”, dijo.

“Mi mamá me decía que sin el título no iba a poder trabajar y yo, en modo rebeldía, le decía que no lo necesitaba para trabajar. Y así fue, una empresa me conoció y me contrató. No es ejemplo, pero sí que a veces nos dicen que no estudiemos tal o cual cosa por el dinero. Siempre seguí mi instinto y nunca le hice caso a nadie”, dejó en claro.

Vicu realizando una colaboración en Estilo Jazba, Rosario

Media vuelta

Tras emprender el regreso, Victoria se estableció nuevamente en San Jorge y luego en Sastre. “Primero trabajé en un local de ropa y cuando tenía tiempo hacía ropa a pedido, a amigas y personas que me iban recomendando. Después me enamoré, estuve en pareja, conviví y todo eso hizo que postergue mi venida a Rosario”, declaró.

Victoria pudo comenzar con su marca, “Victorika”, y abrir su propio showroom en Sastre. Pero, aunque crecía profesionalmente, sentía que algo le faltaba. “Yo allá me sentía estancada, no era lo que quería. Tenía una pareja que era lo más, tenía mi taller, mi local; si quería, tenía todo para ser feliz pero había algo que no me llenaba. Sentía que el tiempo pasaba, yo era más chica y veía todo con más dramatismo. Sentía que me traicionaba a mi misma y no podía avanzar.”

Así es que, después de muchas charlas con amigas y terapia, tomó una gran decisión: dejarlo todo y volver a empezar en Rosario. “Había mandado currículums por mail y una tarde estaba tomando mates y me llama una chica de un local de ropa para hacerme una entrevista. Coordinamos un día, me armé una mochilita con una muda de ropa, mi idea era ir y venir en el día. Hago la entrevista y me dicen que podía empezar esa misma tarde”, contó.

“Tuve que hacer la mudanza, tener una relación a distancia, cerrar mi showroom, todo a mil. Y mi pareja me apoyó, no me quiso cortar las alas. Mi mamá al principio no lo aceptó. Yo no la juzgo, ella pensó que era un capricho del momento. Pero después me entendió y hoy está feliz” comentó Victoria.

Made in Rosario

Y así, hace casi cuatro años, comenzó su búsqueda en aquella nueva ciudad, sin dinero ni lugar donde quedarse. “Yo no tenía plata. Pegué buena onda con la dueña del local y al segundo día de trabajo ya me había dado un adelanto de mi sueldo para poder ayudarme”, explicó.

Como el objetivo estaba puesto, en primer lugar, en establecerse en aquella nueva ciudad, debió trabajar en diversos locales y rubros. “Trabajé de millones de cosas y le metía a Victorika cuando llegaba a casa, a la madrugada, dormía poco. Pero no me costaba porque estaba feliz”, expresó.

Y el éxito no tardó en llegar. Gracias a las redes sociales y recomendaciones, su marca y estilo únicos fueron creciendo de forma rápida. “Me costó tener una estabilidad, por eso tenía un trabajo fijo y después hacía Victorika. Hace un año y medio que puedo vivir de esto, gracias a trabajar a full y hacer colaboraciones con locales de ropa conocidos de Rosario”, confesó.

Hoy, Vicu siente que está sembrando lo que cosechó, que su esfuerzo y el de su familia tienen recompensa. “La gente en la calle me reconoce. Me da vergüenza, pero sí supe que iba a estar en este lugar porque nunca perdí la fe en mí misma, aunque se me hizo muy difícil. Sé que me falta y aspiro a mucho más, pero estoy en mi mejor momento de la marca y lo que hago. De chica dije que algún día iba a hacerme conocida y tengo cada vez más trabajo”, enfatizó.

Sus prendas “fuera de lo normal y locas”, como ella las describe, vistieron a famosos DJ´s del país. Entre ellos a Cele Arrabal, “una artista muy conocida en Argentina y Latinoamérica. Me gustó mucho su onda, me arriesgué y le mandé un mensajito, total el “no” ya lo tenía. Y me contestó, le encantó lo que hago y empezamos a trabajar juntas, en colaboración”, afirmó Robino.

Cele Arrabal, vestida por Victorika, junto a Nicky Nicole

También vistió a otros DJ´s, como Juan Aciti, Joan Retamero o Bob Tosh. Victoria contó, además, la historia de cómo logró que DJ Loko Dice utilizara sus prendas: “Yo fui a verlo y, cuando le pedí una foto y le conté que hacía ropa, le mostré un chaleco que hice y me pasó el número del manager. Los DJ viven de gira y yo no le hablé más porque no venía más a Argentina. Después de un año ví que volvía al país, le escribí y le di ropa. Podía pasar cualquier cosa, pero después de un mes veo que estaba en Milán y había usado una remera y un piluso que le regalé. Y eso ayudó mucho a hacerme más visible, en Rosario y Buenos Aires”, contó.

Además, realizó colaboraciones con muchas marcas, como Cerveza Patagonia, Agnes, Bahia Corsalini, Othilia, Efecto Mariposa, Estilo Jazba, entre otras.

Aunque se encuentra bien posicionada en el mundo de la música electrónica, que es el que disfruta, siente que sus prendas lucirían mejor en artistas de trap y reggeaton. “Me metí en ese mundo porque es la música que más consumo, pero mi objetivo sigue siendo vestir a artistas más del mundo del trap y el reggaeton, porque ellos impusieron la moda de lo intervenido. Mi sueño es que Duki use mi ropa”, expresó con anhelo.

Es por eso que durante la entrevista Victoria hizo hincapié en la importancia de arriesgarse, de tocar puertas, de animarse y de ser caradura, porque como su lema en las redes sociales lo indica “los tibios no hacen historia”.

“Pasé por muchas cosas que te hacen replantear si esto es lo que te gusta o vas a poder triunfar. También me mandé muchas cagadas, era muy chica y no valoraba las cosas como ahora. Pero siempre luché por mi sueño, no abandoné”, sentenció.

Su siguiente paso, para lograr su cometido de hacer historia, es vivir en el exterior, un deseo que también ansiaba cumplir. Y lo alcanzará muy pronto, ya que la próxima semana tomará un vuelo a Playa del Carmen, México, para radicarse allí. “Mi siguiente paso es irme a vivir afuera. Y estoy feliz de que hoy estoy por cumplirlo. Mi deseo es entrar en esa aventura, vivir la experiencia y seguir creciendo, para hacerme conocida en otras partes del mundo”, adelantó a este medio.

La artista finalizó la entrevista recordando que “mil veces me dijeron que del arte o la moda no iba poder vivir. Por ahí cuando me escriben chicas y me dicen que empiezan diseño siempre les digo que no es fácil, por ahí no tenés la misma salida laboral que otras carreras, pero depende 100% de uno. Si vos tenés las ganas y le ponés todo de vos, sea la carrera que sea, lo vas a lograr”. Y su experiencia de vida da cuenta de ello.

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