Más allá de evitar el consumo de plásticos de un sólo uso, la cosmética natural sólida propone un cambio de hábitos que benefician el ambiente y la salud
El 3 de julio comenzó el desafío “Julio sin plástico”, una campaña que se realiza en éste y otros países con el objetivo de lograr que las personas eliminen al menos un plástico de su vida cotidiana.
Globalmente se intenta “desplastificar” el mundo por un mes, aunque el verdadero desafío es lograr cambios de hábitos relacionados con el uso de plásticos descartables que a diario hacemos sin reparar en sus consecuencias negativas para el ambiente y la biodiversidad.
Se cree que si una persona puede mantener cualquier hábito durante 21 días corridos es porque ya lo incorporó y en ese lapso está basado el desafío creado por la organización “Plastic Free July”. Si lo razonamos, hacer el esfuerzo de “desplastificar” nuestras existencias durante tan poco tiempo no se compara con el que le lleva a la naturaleza degradar un plástico, entre 150 y 500 años.
Limpiar sin ensuciar
Si no se te ocurre cómo eliminar el plástico de tu vida, podés comenzar haciendo que tu limpieza personal y de tu casa “no ensucie” al planeta. Es aquí donde aparecen los cosméticos y elementos e cuidado personal en formato sólido y materiales biodegradables.
Es así que existen acondicionadores, cremas, bálsamos, champús, desodorantes, detergentes para platos y hasta perfumes en formato sólido que prescinden de envases plásticos para contenerlos y que se confeccionan con productos “ecofriendly”, es decir 100% de origen natural y que se degradan fácilmente sin contaminar.
¿No te parece fantástico que cuando el producto se termina no quede ningún envase plástico para desechar? En general los productos de cosmética sólida vienen presentados en envases compostables de papel vegetal, papel madera o cartón siendo su desperdicio prácticamente nulo.
Derribando mitos
Si te parece imposible que un champú o un acondicionador pueda darte el mismo o incluso, mejor resultado que uno comercial es hora de derribar algunos mitos.
Muchos creen que para que el cuero cabelludo empiece a sentir el “efecto” de un champú natural debe pasar un período de acostumbramiento. Esto es falso, ya que hoy en día las elaboraciones a base de derivados del coco surten efecto inmediato y vas a comenzar a sentir las mejoras en tu pelo desde los primeros lavados.
Además, con el mix adecuado de hierbas y aceites vegetales se consiguen formulaciones anticaspa, fortalecedores, anticaída, para pieles sensibles y hasta para usar en recién nacidos. En resumen, hay un champú natural para cada tipo de pelo.
Otra gran ventaja de estos productos es que no utilizan sulfatos, parabenos, siliconas, u otros componentes artificiales que afectan la salud del cuero cabelludo o la piel. Su confección se basa en el uso de plantas, aceites, mantecas vegetales y aceites esenciales.
Otra de sus ventajas es la portabilidad. Como ocupan muy poco espacio, son ideales para viajes y no corren peligro de derramarse en el interior de un bolso. Aunque es necesario transportarlos en alguna bolsita de tela o estuche para evitar que se contaminen.
Opciones “plasticfree”
El uso de luffas o esponjas vegetales ya sea para el aseo del cuerpo o la limpieza de platos u otras superficies, también son una excelente forma de reducir el uso de esponjas artificiales que al dejar de ser útiles, terminan en la basura.
Optar por toallas femeninas de tela, copitas menstruales, cepillos para dientes o cabello de bambú o maderas recicladas, brochas y navajas tradicionales o afeitadoras eléctricas recargables, o usar sorbetes de caña, papel o metal, también son opciones inteligentes para reducir el uso de plásticos.
Así que comencemos observando nuestra casa para identificar cuáles son los plásticos que hay – principalmente descartables o de un solo uso-, y pensar cómo podemos hacer para no consumirlos más.
Salir a hacer los mandados con bolsas de tela (como cuando éramos chicos) o comprar productos a granel y en envases de vidrio también ayuda a cambiar los hábitos de consumo. Esta es una tendencia que se acrecienta y ya hay ciudades que tienen supermercados donde todo es a granel, como en los mercados de antaño.
Chau bolsitas
El abuso de las bolsas plásticas y sus evidentes consecuencias en el ambiente son uno de los mayores problemas que este desafío quiere atacar. Según la organización WWF International, del promedio de 360 millones de toneladas de plástico producidas anualmente, un tercio terminará en la naturaleza y menos del 10% se reciclará. Y se producen aproximadamente 5 billones de bolsas de plástico cada año en el mundo.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, anualmente se vierten al océano 11 millones de toneladas de plásticos de un solo uso. De esta forma, se puede decir que los plásticos constituyen la fracción más grande, dañina y persistente de la basura marina y representan al menos un 85% del total de desechos que hay en el mar (PNUMA, 2021).
La única opción para que estas cifras decrezcan es dejar de usar plástico, incluso el mundo ya cuenta con su “Día Internacional Libre de Bolsas Plásticas”. Especialistas en el área sugieren que más allá de estos días, son necesarias medidas que se mantengan en el tiempo como, por ejemplo, que los gobiernos implementen políticas públicas claras y leyes acordes a estos objetivos.